VIGILADXS Y CASTIGADXS
Aviso a lxs ciudadanxs, a lxs verdaderxs demócratas que esperan las urnas con ansias
Aviso a lxs ciudadanxs, a lxs verdaderxs demócratas que esperan las urnas con ansias
La democracia (“gobernamos nosotrxs a través de quien nos
representa”), los derechos (“lo que nos pertenece”), la ley (“es igual
para todxs”), cuántas hermosas historias que millones de personas
insisten en (¿querer?) creerse para soportar lo existente.
El occidente capitalista está al borde del precipicio, la fiesta se
ha acabado, todxs lo dicen, todxs lo saben. En Grecia, el primer país
en haber llegado al borde de este precipicio, las personas han dejado de
creerse las patrañas de lxs que lxs gobiernan y han empezado a
patearles el culo, en las calles. En Italia, que podría ser la segunda
en esta “particular” carrera, prevalece una insoportable apatía y la
máxima reivindicación que se hace y parece obtener amplio consenso es la
que pide la limpieza moral, antecedentes penales limpios,
parlamentarixs sin antecedentes… más cárcel para todxs.
Lástima que por el momento lxs magistradxs parecen tener ansias y
prisa por mandar a la cárcel sólo a lxs que luchan contra este sistema y
ponen de cara al suelo a aquellxs que están hartxs de aguantar y no se
resignan.
No somos hipócritas. Quien se cree eso de “quien mal no hace, miedo
no tiene”, quienes se creen que hay que obedecer siempre, porque quien
gobierna tiene siempre la razón y las reglas siempre se tienen que
respetar, puede dejar tranquilamente la lectura. En estas líneas, no
encontrará el intento de reivindicar inocencia o legitimidad ante los
tribunales y la moral de esta sociedad. La invitación a pensar es para
todxs aquellxs que quizás se esfuerzan en creer en lo que nos viene dado
desde que nacemos, pero que saben que el pacto social se puede romper,
si no siempre, al menos en algunos casos. No hay necesidad de ser
subversivxs para sentir que hay un límite de aguante para todo. Como ha
recordado alguien recientemente en Val di Susa (donde todo un pueblo
está luchando contra la arrogancia del poder), incluso Gandhi sostenía
que una ley o una medida que un pueblo considera injusta no se debe
respetar.
A estxs verdaderxs “demócratas”, nos permitimos contarles e
indicarles algunas cosas que están sucediendo en nuestra ciudad y que no
son precisamente tranquilizadoras para todxs. De hecho, Génova, estos
meses, ha demostrado estar a la vanguardia en algunas formas de
represión del disenso que tienen la peculiaridad de desenmascarar la
falsedad de las normas básicas del derecho, esas que todxs reconocemos
como fundamento de su presunta libertad.
Dos chicos, acusados de haberse saltado un control de policía
realizado hace unos meses en el centro histórico, no sólo han recibido
las denuncias respectivas y han sido puestos en arresto domiciliario
nocturno desde hace dos meses, sino que han recibido el “aviso oral”por
parte del comisario de policía: una invitación, nunca mejor dicho,
aunque muy mafiosa, “a cambiar de actitud”. Si no lo hacen volverán a
estar sometidos a vigilancia especial, es decir a una serie de duras
restricciones personales (por tiempo indefinido y a criterio del juez),
como arrestos domiciliarios nocturnos, obligación de residir en el
municipio de resistencia, retirada del carnet de conducir (y otras
represalias posibles). La peculiaridad del aviso oral y la vigilancia
especial es que son normas que prescinden de la existencia de condenas
penales para lxs acusadxs; son a criterio del comisario, que las
requiere bajo una peligrosidad social no bien identificada de los
sujetos en cuestión, y de un juez que justifica la petición. Normas
introducidas no por casualidad durante el fascismo, y conservadas
oficialmente hoy en día para mafiosxs, pedófilxs y otros crímenes de
entidad grave y que, en su lugar, durante los últimos años se han
aplicado a militantes y antagonistas involucradxs en luchas sociales. Y,
en realidad, ¿cuál es la conducta que debería cambiar?, ¿cuál es la
peligrosidad social de estas dos personas que, hasta el momento, ningún
tribunal italiano ha condenado jamás? No salir a la calle, callarse y
quedarse en casa… debemos deducir, dado que los dos son conocidos entre
las fuerzas del orden por participar en las luchas y manifestaciones
realizadas en Génova los últimos años.
En el mismo periodo, otros tres chicos fueron incriminados por
haber participado, el año pasado, en una manifestación de lxs
trabajadorxs del astillero Fincantieri que acabó con enfrentamientos con
la policía de la prefectura. También, sufrieron denuncias y fueron
objeto de medidas restrictivas, en este caso: dos firmas al día en
comisaría, también justificadas en este caso por la conocida actividad
política de los tres. Aquí se produjo, sin embargo, una novedad
arbitraria, la obligación de ir a firmar cada vez que haya una
manifestación en la ciudad, dos veces durante el transcurso de la misma y
en zonas alejadas de la ciudad, de modo que se garantice que no
participan. Esto queda sujeto a criterio de la comisaría que se reserva
la posibilidad de comunicarlo el día previo. Técnicamente, se trata de
una variante del Daspo,
un procedimiento inventado y aplicado, en el mundo del fútbol, a lxs
aficionadxs, lxs ultras, acusadxs por las fuerzas del orden de actos no
necesariamente relevantes a nivel penal (p.ej. encender una bengala). Un
procedimiento denunciado muchas veces de inconstitucional que Maroni ha
propuesto aplicar, por primera vez, contra las concentraciones después
de los acontecimientos del 14 de diciembre de 2010 en Roma. En aquel
momento, el Tribunal Constitucional rechazó la propuesta, denunciando la
incompatibilidad con los principios de libertad garantizados en la
propia Constitución. El rechazo se revocó recientemente, cuando el
gobierno de Monti propuso una serie de nuevas leyes para frenar la lucha
NoTav en expansión en toda Italia: Es adecuado para el poder fabricar
nuevas leyes con el fin de frenar el creciente conflicto
social (por ejemplo, un nuevo delito de ‘bloqueo de carreteras’
castigado con hasta 5 años de cárcel), sin embargo no el Daspo, no se
puede poner en práctica, a menos que se cambie la Constitución. Aun así,
en Génova, el Daspo político lo ha introducido el poder local por
primera vez en Italia, sin ofender ni al “derecho” ni a la Constitución.
Donde no consiguen llegar los códigos y su aplicación ni tampoco
los tiempos de los procesos de los tribunales, debe llegar algo más. En
Inglaterra, el equivalente a estas normas que criminalizan personas sin
antecedentes aunque molestas (al menos para la moral, antesala de las
leyes), es la ASBO (orden de comportamiento antisocial). La ASBO es una
orden civil, es decir, un certificado emitido por un tribunal, dirigido a
individuxs, sobre todo, adolescentes consideradxs “peligrosxs” debido a
su comportamiento considerado antisocial. En la práctica, la ASBO
contiene determinadas restricciones de lugar o de horario (verdaderos y
auténticos toques de queda y prohibiciones de frecuentar determinadas
áreas) que, si son quebrantadas por el/la culpable, se traducen en una
condena ¡de cinco años de cárcel! Con las ASBO, se criminalizan
comportamientos legales y se inventan los delitos personales; basta
decir, como ejemplo, que a un chico de 19 años se le ha vetado jugar a
fútbol en la calle.
Lxs verdaderxs demócratas creen que el derecho, en las “avanzadas”
democracias occidentales, se basa en la norma, sobre lo que está
codificado, sin embargo la base constituyente es la excepción, el margen
de arbitrariedad que el poder se reserva para responder a situaciones
de emergencia. El Estado de excepción, o sea la suspensión del orden
normativo y jurídico, no es precisamente, como parece indicar el nombre,
una norma transitoria, sino que se convierte en condición permanente,
instrumento de vigilancia y castigo para quien, por un motivo u otro,
resulta indeseable. Medidas provisionales y extraordinarias se
convierten hoy, ante nuestros ojos, en paradigma e instrumento del
gobierno particularmente eficaces en el momento en que este sistema está
al borde del colapso y sus opositorxs pueden multiplicarse
potencialmente y radicalizarse a gran velocidad.
¿Os queda todavía alguna duda de que todo ésto no implica sólo a
cualquier individux que se lo busque, sino también a cualquier persona
considerada como indeseable? En la Alemania de los nazis, que alcanzaron
el poder mediante elecciones libres y democráticas, los campos de
concentración se establecieron desde el principio, en 1933, según normas
establecidas, no por el derecho común, sino por los estatutos
excepcionales (derivados de leyes prusianas del s.XIX) de “custodia
preventiva” (los mismos criterios que rigen los modernos avisos orales,
vigilancias especiales, Daspo, etc.), que permitían “poner bajo
custodia” a lxs individuxs, independientemente de cualquier antecedente
penal relevante, únicamente con el fin de evitar un peligro para la
“seguridad del Estado”. Con este criterio, a través de la suspensión de
toda norma del derecho penal y carcelario vigente, recluyeron y
asesinaron a millones de hebrexs, disidentes políticxs, homosexuales. En
la Italia de hoy, los CIE (centros de identificación e expulsión para
inmigrantes) jurídica y técnicamente responden a las mismas
características de suspensión del orden jurídico y carcelario normal y,
de hecho, se corresponden con los campos de concentración nazis; en los
CIE como en los campos nazis se suspende cualquier derecho y código
penitenciario, y todo se supedita al criterio absoluto de lxs
funcionarixs y lxs policías. Y de hecho en los CIE acaban, como presxs y
en condiciones de vejación alucinantes, lxs extranjerxs que llegan con
la única culpa de no tener papeles.
En resumen, la verdad, desnuda y cruda, es que lxs poderosxs hacen
literalmente lo que les da la gana y que las leyes y el derecho son un
instrumento arbitrario en sus manos para mantener el orden de su lado.
Queridxs ciudadanxs, “demócratas” verdaderxs, sabemos que dentro de
poco iréis a las urnas con el deseo y la convicción de estar haciendo
algo por cambiar las cosas. Tened presente lo que está escrito en estas
líneas cuando estéis a punto de poner una cruz sobre vuestra voluntad de
cambiar; pensad si es apropiado delegarla en alguien que quizás quiere
atacar a lxs jueces/juezas de la responsabilidad de transformar esta
sociedad; pensad si es verdaderamente posible un cambio radical que pase
por el parlamento y los tribunales.
Mientras tanto, nosotrxs estaremos, como siempre, en la calle.
Para oponernos a este estado de apatía.
Para demoler este sistema, con sus cárceles y tribunales.
Para estar físicamente cerca de nuestrxs amigxs.
Para oponernos a este estado de apatía.
Para demoler este sistema, con sus cárceles y tribunales.
Para estar físicamente cerca de nuestrxs amigxs.
http://es.contrainfo.espiv.net/2012/05/05/genova-italia-vigiladxs-y-castigadxs/
Nessun commento:
Posta un commento