venerdì 20 aprile 2012

Campina Grande, Brasil: Informe desde la primera feria de Zines y Material Libertario

Como lxs que viven en Campina Grande ya saben, el Cine São José fue un importante cine-teatro de la ciudad, que terminó con sus actividades allá por los años 70; fue preservado como patrimonio histórico y quedó abandonado hasta el 2010, cuando fue okupado por estudiantes y por el movimiento artístico-cultural de la ciudad. Muchas actividades fueron realizadas en los espacios del viejo cine durante el año de la okupación, pero por varios factores el espacio quedó en desuso en el 2011. Este año, comenzaron nuevas actividades y una Ferie de Zines y Material Libertario fue puesta en marcha en Marzo del 2012.

La ocupación del cine fue siempre un espacio abierto, sin burocracias y libre para todo tipo de actividades de contestación o de fomento cultural. La idea de la feria de zines fue algo que yo (V…), L… y A… entre otros veníamos conversando desde hacía un tiempo y que acabó siendo dejada para un futuro debido a otros eventos que fueron surgiendo. En el mes de febrero se juntó el hambre con la voluntad de comer y el Colectivo Heresia decidió animar el cine con esta feria. Aparte de la feria, decidimos producir un zine y presentarlo ese día, distribuir plantones, hacer grafitis, un taller de stencil y, para lograr un diálogo más directo, nos sentamos e intercambiamos ideas sobre okupación urbana.

Dado que la fecha estaba pautada para el 31 de marzo, el último sábado del mes, comenzamos a retomar el movimiento en la okupación. Lo que encontramos fue que el cine había sido descuidado por los mismos miembros del movimiento que habían estado usando el edificio por última vez en diciembre del año pasado y lo dejaron en un deplorable estado. Dimos vuelta esa página. El Cine São José estaba vivo nuevamente. Reuniones, conversaciones, producciones, limpieza, diálogo con lxs vecinxs y lxs transeúntes que siempre se detenían a preguntar por el antiguo cine y mostrar su apoyo a la okupación.

22 de marzo, Muro levantado por SUPLAN en el edificio tomado.

Una semana antes del evento, fuimos sorprendidxs por la actitud extrema de parte del Estado: Se construyeron muros en las puertas del cine. Es obvio que un ataque a la cultura e historia de la ciudad no sería tolerado. El mismo día que el muro fue construido fue tirado abajo. Al otro día volvieron para construir nuevos muros y cerrar todas las entradas al edificio. Los argumentos de SUPLAN (superintendencia de planeamiento) del Estado de Paraíba fueron que el cierre provisional del edificio se llevó a cabo para prevenir la invasión de marginales que robarían en el barrio y también para prevenir ataques vandálicos en el edificio. Pura falacia. Desde que el edificio fue ocupado no hubo ninguna actividad de ladrones ni de usuarios de drogas, como el Estado argumenta.

Los muros fueron derribados nuevamente y llegó la hora de re-habitar el espacio, aunque ahora había mucho más que limpiar ya que habían llenado las puertas del cine con hormigón. Nos apuramos a organizar el evento y tomar todas las decisiones necesarias.

El 31, un sábado con el cielo despejado y calor en las calles llenas de gente y humo, las puertas de la okupación fueron abiertas y vimos un hermoso flujo de humanxs entrar al lugar. Una sorpresa agradable fue la presencia de gente que no participó directamente en la organización de los eventos, pero que trajeron sus propios zines.

Durante la mañana vinieron amigxs a participar de las actividades, mucha gente se detenía cuando pasaba al ver los plantones y la gente dentro del cine ocupado. Luego de un rato, las paredes desgastadas fueron pintadas y la gente de Vaca Falante apareció trayendo tortas de soja y jugo de uvas hechos por un apreciado compañero. El zine del colectivo Heresia fue presentado, pasando por las manos de todxs lxs que se acercaron a ver la feria, como también un zine sobre dictadura de la moda (producido por E…) y un zine feminista (traído por A…). Muchos plantones fueron dados a la gente para que crecieran en lugares cercanos o distantes.

Es una pena que gente que siente la necesidad de marcar territorio quisiera dejar su firma en un espacio que es mío, es tuyo, es de todos y no es exclusivo para nadie. Pero eso es un detalle. Nos movemos para adelante, superando todos los obstáculos que surgen en nuestro camino.

Al final del día, más allá de las paredes pintadas, solo quedaron unos pocos plantones sin ser distribuídos. Pero eso ya es tema para otra publicación…

V.

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