Extraido de Cuadernos de Negación N°5 "Contra la democracia, sus derechos y sus deberes"
“¿Qué es un policía? Es el
servidor activo de la mercancía; es el hombre totalmente sometido a la
mercancía, por obra del cual este o aquel otro producto del trabajo
humano sigue siendo una mercancía cuya mágica voluntad es que se la
pague, y no simplemente una vulgar heladera o un fusil, una cosa ciega,
pasiva e insensible, a merced de cualquiera que la use.”
Guy Debord, “La decadencia y caída de la economía espectacular-mercantil”
La existencia de la policía es la clara demostración de que este sistema puede funcionar agregando a su disciplinamiento cotidiano el miedo y la represión directa, y no difícilmente podría funcionar de otra manera.
El policía lleva adelante un rol despreciable que nadie parece querer cumplir, pero del cual la sociedad policial, a su vez, no puede prescindir. Desde la antigua Grecia, lo que hoy podríamos llamar “policía” (en aquel momento una fuerza pública que protegía a Atenas contra los enemigos del exterior y mantenía en obediencia a los esclavos) era conformada por, justamente, esclavos; ya que el ciudadano libre ateniense veía como indigno aquel oficio. La burguesía aún no ha podido hacer ver con buenos ojos a estas fuerzas hacia el grueso de la sociedad: hasta el mismo ciudadano temeroso que aplaude cada palazo en la espalda de un proletario acepta, en el fondo, que la policía es una institución putrefacta, corrompida, y por eso no sólo le teme, sino que también le tiene asco. Es cierto que nadie se fía ya de la policía, pero poco importa la corrupción de estas fuerzas o su mala imagen si la sociedad no puede prescindir de ella, y hasta no pueda imaginar una sociedad en la cual la policía no exista. Por ello además se tolera su “corrupción”, su “abuso de autoridad”, algo relativamente obvio en un conjunto de traidores a su clase en los que se deposita esa cantidad de poder.
Alguien tiene que hacer el “trabajo sucio”, pues para eso se pagan los impuestos. En ciertos países se toleran los “negocios sucios” de una policía corrupta y poco formada, y en otras se toleran los “excesos represivos” de una policía militarizada, profesionalizada, y por lo tanto más preparada y legal. Tolerar lo que toque en suerte y a cualquier precio, para que nos cuiden de nosotros mismos.
http://metiendoruido.com/2012/04/en-el-dia-del-paco-una-breve-reflexion-sobre-la-pega-de-la-policia/
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