Y vuelvo a caminar desnudo por las calles.
Pensando en la “nada” me entretengo en la noche.
Camino, miro y estudio.
Los gatos me acompañan, me cuidan.
Desde los pretiles me miran, yo se que
están ahí cuando la luz brillante de sus ojos me muestra el camino en
medio de la oscuridad.
Ambos buscamos nuestra presa, es que
hemos dejado de ser animales para convertirnos en depredadores de esta
sociedad enfermiza integrada por hombres y mujeres que ya ni instinto
animal tienen.
Ahora somos depredadores, ya no somos animales.
Es que ambos terminamos convirtiéndonos
en “eso” después de darnos cuenta que la “manada “ no es más que un
conjunto de iguales a los que con el tiempo le perdimos primero la
confianza y más tarde ( y por suerte) el respeto.
Ahora estamos solos.
Desnudos, un poco cansados, pero igual
caminamos, firmes, olfateando, confirmando los objetivos, armando los
planos de salida de emergencia en nuestros cerebros.
Noche negra.
Luz de luna.
Pasado presente y futuro que nos invitan a ir por la nada…
porque no le dedican palabras a los dos hijos que dejó solos, no pueden ser tan irreponsables, yo los crío y ella es tratada como fuera de serie?
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