desde Archivo Histórico La Revuelta
“El primero de Mayo dejó de ser, al menos aquí en Chile, un día de protesta por los Mártires de Chicago… Desde que el gobierno de este país a raíz y posteriormente a las mal llamadas revoluciones militares de Septiembre y Enero (1924-1925), decretó feriado legal el primero de Mayo, éste perdió en mucho su poder emotivo y revolucionario; y, sobretodo, ese carácter anti-estatal de resistencia que adquiría un paro de protesta en ese día frente al gobierno y a los capitalistas. (&hellipDe ese modo, el primero de Mayo, pasará a ser como un 18 de Septiembre, como un 21 de Mayo o como una semana santa…” (El Surco, Iquique, 1º Mayo de 1926)
Lo que sigue es una especie de introducción a la historia de la conmemoración del Primero de Mayo en la región chilena, enfatizando en el rol que los anarquistas cumplieron al rescatar y difundir entre los trabajadores criollos, esta fecha de protesta universal. Se relatan las peripecias de los primeros actos públicos, la consolidación paulatina en el imaginario popular del Día de los Trabajadores, y se señala su resignificación en manos de otras tendencias y de la sociedad en general, sobre todo a partir de 1925, cuando la jornada pasó a ser un feriado legal.
Originalmente esto fue parte de un libro –Los orígenes del Primero de Mayo. De Chicago a América Latina (1886-1930)- en donde se incluyen similares procesos, pero en todo el subcontinente.
Ha pasado más de un siglo desde que se comenzó a conmemorar el Primero de Mayo en este país. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Actores, problemas, teorías, todo se ha modificado. Los anarquistas no podemos dejar de interrogarnos y actualizar nuestras prácticas y luchas. El sindicalismo, el movimiento obrero, fueron las respuestas hegemónicas en aquellos días. ¿Cuáles son las actuales? Esa pregunta no se contesta con este texto, pero aprovechamos el instante para formularla, para invitarles a discutir.
Abril de 2012.
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