domenica 30 ottobre 2011

Hacia la Comunidad Humana.


Hacia la Comunidad Humana.
Comunización y Revolución Social

Nota Editorial

Con el declive de las corrientes revolucionarias de inspiración marxista leninista y el paso a la influencia del anarquismo insurrecionalista italiano en la teoría y la praxis revolucionaria actual, los movimientos anticapitalistas han entrado a un momento de reestructuración de sus lógicas político-organizativas. Nuevas tensiones aparecen y otras viejas resurgen dentro de las dinámicas de la lucha social. Frente a la atomización interna del movimiento revolucionario, surge la posibilidad de establecer vínculos solidarios entre los luchadores sociales de todo el mundo a través del uso de las nuevas tecnologías. Conceptos como “identidad de clases” o “sujeto popular”, se diluyen erosionados por el devenir de la historia, y han perdido su validez en términos de su aplicación a una propuesta organizativa. La mayoría de las veces son sólo utilizados como parte de un discurso panfletista, que no es capaz de adecuarse a los tiempos, a la complejización de las relaciones sociales capitalistas.

Dentro de este contexto la corriente comunizadora aparece como un componente enriquecedor en el camino hacia la realización de la comunidad humana y una manera de superar las tensiones existentes en la práctica revolucionaria actual. Hablar de comunización es afirmar que el comunismo existe como movimiento actual, en que la construcción de un nuevo proyecto social se genera desde la transformación de las relaciones sociales en el aquí y el ahora, en función de la superación de la sociedad de clases. La necesidad de la revolución surge por lo tanto desde la búsqueda por reunificar todo lo que ha sido separado por el capital, con la finalidad de establecer relaciones sociales libres de la mediación de la mercancía y de las instituciones.

La dificultad que ha existido históricamente para establecer una reciprocidad entre la estrategia y la táctica revolucionaria, ha tenido lugar a causa de la teorización de una falsa ruptura entre el momento antes y el momento después de la revolución. Para hacer posible que medios y fines sean coherentes los unos con los otros, es necesario superar cualquier noción del proceso revolucionario como lineal o etapista, en una reapropiación conciente del tiempo presente, y de la historia misma. Comunización implica entonces la liberación actual y constante de la actividad humana en todo su prisma de posibilidades, de la manera en que nos relacionamos, en que producimos los alimentos, en que aprendemos, en que nos recreamos. Hablamos entonces de una liberación de la cotidianeidad, y por tanto, de los espacios en que esta se desarrolla.

Todo esto implica además recomprender la actividad política tal y como la entendemos. Esta existe como un elemento separado, como parte de una sociedad que necesita parcelar la actividad humana, y relegarla a un sector especializado en su división de roles sociales. Al existir la política como una actividad liberada y conciente, esta se traspasa a través de las relaciones sociales, por tanto el problema de la “gestión” dentro de la organización y de los “lideres” que deben dar dirección a las masas descarriadas pasa a desaparecer.

Por ultimo, sólo queda acotar que la praxis revolucionaria debe ser comprendida como un proceso de deconstrucción permanente, en el cual nos reinventamos y nos re-conocemos en el día a día. Este es el motor de su dinamismo, de su originalidad, componente sin el cual esta se queda incapaz de adaptarse frente a la inercia de la historia.

Esta compilación de textos pretende ser un aporte para la comprensión del concepto de comunización, los debates en torno a los que orbita esta corriente y sus potenciales contribuciones para las experiencias revolucionarias.

Datos
Tamaño: 13 x 18 cm aprox.
Número de Páginas: 188
Precio: $1500

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