Denuncian el uso desmedido de la fuerza por parte de la Policía y solicitan la retirada de los cargos tras el intento de okupación simbólica de un inmueble abandonado en la calle Pasaje Mallol
El
pasado martes 8 de mayo la Policía Nacional, en un dispositivo
desmedido, desalojó el Centro Social Okupado y Autogestionado La Huelga,
ubicado en la calle Muro de los Navarros. La asamblea de La Huelga
decidió que no iba a realizar ningún tipo de resistencia pues se había
consensuado otra estrategia. Para ese mismo día, martes 8, se había
convocado una manifestación de repulsa por el desalojo que iba a
concluir con la okupación simbólica de un inmueble abandonado en la
calle Pasaje Mallol. El objetivo de la acción era desplegar una pancarta
al finalizar la manifestación en la que se denunciaba que ese inmueble
había sido adquirido recientemente por una entidad bancaria, La Caixa,
responsable como las demás, de la grave crisis que padecemos y que
además ha recibido fondos públicos, de todos los ciudadanos y
ciudadanas. Sin embargo, la Policía Nacional impidió la mencionada
acción. Varios efectivos policiales hicieron aparición en la calle
Pasaje Mallol en torno a las cuatro de la tarde. Detuvieron en primer
lugar a dos personas que se encontraban en la calle, fuera del inmueble.
Posteriormente violentaron la puerta principal del inmueble con el
objetivo de acceder al interior aún careciendo de orden judicial.
Tardaron prácticamente una hora en lograrlo causando graves
desperfectos. Allí estaban 4 activistas de la izquierda social que, con
los brazos en alto, anunciaron que se entregaban pacíficamente.
Sin embargo, según hemos sabido, en cuanto hemos tenido contacto con los compañeros que fueron detenidos, la actuación policial no fue en absoluto pacífica. La Policía Nacional imputa a los 4 activistas detenidos en el interior del inmueble un delito de atentado contra la autoridad, que puede acarrear penas de 18 meses de cárcel. Argumentan que los detenidos los atacaron con palos y piedras. Sin embargo, ningún policía ha presentado el pertinente parte de lesiones que acredite la agresión. Por contra, dos de los activistas precisaron atención médica después de ser detenidos. Los cuatro tienen además partes médicos que detallan lesiones y contusiones en diferentes partes del cuerpo, principalmente en la espalda, lo que podría significar que fueron golpeados cuando estaban tumbados en el suelo o contra la pared. Tenemos la certeza de que ningún policía fue agredido el martes 8 en el edificio de Pasaje Mallol 13. Si alguien sufrió una agresión ese día y en ese lugar fueron los 4 detenidos.
Por
todo ello, solicitamos que se retiren los cargos que pesan contra estos
4 activistas. El relato de los hechos que ofrece la Policía Nacional no
se corresponde en absoluto con la realidad, y las pruebas así lo
constatan. Se ha previsto un juicio rápido contra todos los detenidos.
La vista oral se celebrará el próximo 31 de mayo. El CSOA La Huelga
pondrá en marcha desde hoy y hasta esa fecha una Campaña de Solidaridad
para que se retiren los cargos que pesan contra nuestros compañeros.
Creemos que es de justicia.
En los últimos días se
han desalojado espacios ocupados en Málaga y Barcelona, como la
Universidad Libre de Barcelona. Creemos que no es algo casual. El
constante deterioro económico, el aumento del paro y de la miseria, los
recortes sociales en sanidad y educación, y las ayudas a los bancos con
dinero público, que es de todos los ciudadanos y ciudadanas, está
provocando un creciente malestar social. El estado pretende acallar ese
malestar con más y más represión. Estamos convencidos además de que la
elección de la fecha del desalojo no ha sido en absoluto casual. Dentro
de dos días, el sábado 12 de mayo, saldrán a la calle miles y miles de
personas para gritar que "No somos mercancía en manos de políticos y
banqueros". Animamos a esas personas a que no cedan al miedo que
pretenden infundirnos, a que salgan a la calle a reclamar lo que les
pertenece, a que sigan luchando por un mundo nuevo.
La asamblea del CSOA La
Huelga ha decidido que no cederá a los chantajes y amenazas. Van a
continuar con su lucha. Y para ello, para construir alternativas
políticas, sociales y culturales, no les hace falta nada más que un
edificio abandonado. Y Sevilla está llena de ellos, de edificios
abandonados que han sido usurpados por las entidades bancarias.
Han intervenido en la
rueda de prensa, un portavoz del Colectivo ‘Amigas de LA HUELGA’,
Federico Noriega (destacado miembro de los movimientos sociales de
Sevilla), Salvador Cutiño (Juristas y Profesor de Derecho Penal de la
Universidad Pablo de Olavide) y tres de los seis detenidos que han
sufrido importantes lesiones y que, además de dar su testimonio, han
mostrado a los asistentes los partes médicos de lesiones que muestran el
desmedido y a todas luces injustificable uso de la violencia por parte
de los agentes de la Policía Nacional.
Federico Noriega ha
mostrado su preocupación porque “estamos pasando de un estado liberal o
del bienestar a un estado policial y represivo en el que se intenta
acallar las voces críticas con más represión y criminalizar a todo aquel
que lucha por un cambio social”. Asimismo, ha recalcado la importancia
de “utilizar la desobediencia civil pacífica y no violenta como método
de respuesta a los ataques del poder”.
Salvador Cutiño, jurista
y profesor de la UPO, ha disculpado la no asistencia de los abogados
que defienden a los activistas, los cuáles “prefieren no detallar su
estrategia jurídica habida cuenta de las importantes anomalías e
irregularidades que se observa en la actuación policial”.
Los detenidos asistentes
a la rueda de prensa han contado con todo lujo de detalles cómo fue la
intervención policial una vez que los agentes derribaron la puerta:
“Entraron a por nosotros dando golpes con las porras así como con la
palanca que utilizaron para entrar en el local, a pesar de que estábamos
con los brazos en alto y gritando que nos entregábamos”. Uno de ellos
ha narrado cómo “me tiraron al suelo y recibí toda clase de golpes con
las porras y patadas por la espalda y la cabeza”. Otro pidió con
insistencia que le aflojaran los grilletes porque le estaban cortando la
circulación y aún así lo dejaron con ellos más de una hora.
Un desalojo, otra okupación
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