En Memoria De Los Compañeros Que Murieron Con Dignidad

Para todos mis amigos y camaradas que asesinaron en las prisiones españolas y/o indujeron al suicidio. Vaya mi recuerdo a ellos/as, allí donde estén, no os olvido. Por vuestra condición de luchadores ante el sistema represor, por vuestra rebeldía, por vuestro carió, por vuestra valentía y coraje.

¡Cómo gasto papel hoy! ¡cómo gasto lágrimas recordando en la impotencia a otros amigos, otros hombres y mujeres libres que se colaron una fria noche, con la única compañía de una cuerda! Cuerda trenzada por verdugos que apagaron la luz de sus ojos poco a poco, lentamente. Ya no quedan lágrimas para llorar, solo rabia y dolor para odiar. El silencio, nuestro eterno compañero, trae recuerdos de sus fuertes voces en la lucha, sensibles y puros en la amistad. Cómo imaginar ahora sin llorar, una sucia soga en su cuello puesta por los carceleros-verdugos, matando su libertad.

Anarquistas, rebeldes, ladrones, hombre libres de verdad sin temor alguno a morir, eso si, con dignidad.

La tristeza del poeta cuando sus versos despiden a un rebelde, a un amigo, la tinta de su poesía clama por la sangre derrabada, pidiendo venganza y lucha como en el frente de guerra. Nuestros hermanos y camaradas se fueron como tantos otros, asqueados de este mundo que cobija a los traidores y asesina a los luchadores.

Que en este humilde poema vaya nuestro grito al cielo, a ese cielo estrellado donde descansan los hombres y mujeres que nunca fueron doblegados. Y desde esta sucia celda vaya para sus verdugos la amenaza y el odio que ellos mismos han sembrado.

Nuestras lágrimas casi secas, nuestros ojos empañados nunca olvidarán sus risas, y estarán siempre a nuestro lado.

Algún día venceremos, vengaremos tanta muerte con las armas en la mano. Mientras, seguiré añorando y recordando a mis amigos, camaradas, sus risas, sus llantos y maldiciendo a los perros que su vida se llevaron y a la cuerda que rompió sus sueños sin realizarlos.

RGG

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