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Más abajo un Breve relato
** Lo que viene a continuación es un intento de describir las condiciones de un modo más “teórico” que pretendemos hagan entendible los acontecimientos que ocurren. En otras palabras: reconstruir las condiciones en que lo que ocurre tiene su necesidad. Si le da paja eso, más abajo puede leer el relato desde nuestra perspectiva.Introducción
Hay quienes hoy (como ayer) prefieren hablar del día “del trabajo” en lugar del día “del trabajador”; y esa modificación no es ingenua. El Primero de Mayo fue vivido como un día de formación identitaria. Es decir, los trabajadores comprometidos revolucionariamente con el evento se daban cuenta de que sus miserias y sus esperanzas de cambio se correspondían con las de millones de parias repartidos por todo el mundo. Pues -y como indica Peter DeShazo para el caso local-, debido a la naturaleza “altamente emocional, ideológica y rebelde, el 1 de mayo, mas que cualquier otro evento por separado, inculcaba un sentimiento de identidad de clase en los trabajadores urbanos”[i]. El clasismo de aquellos trabajadores, entendido como su identificación igualitaria con sus pares y en contraposición a la burguesía, se alimentaba con este tipo de jornadas, y el recuerdo de éstas –a su vez- se conformaba en un espacio creador de clasismo obrero. Por eso para muchos era (y es) mejor “celebrar” el Trabajo y no al Trabajador. Después de todo –nos dirán los empresarios y sus defensores-, no es bueno que el empleado se identifique como miembro de una clase social (la obrera o popular), se pone muy revoltoso. Es mejor que tome conciencia de que sin trabajo no hay pan; de que sin ser un buen operario, un buen esclavo, no hay derecho al bienestar.Otros dirán que el 1º de Mayo es un fetiche más dentro del trasnochado intento por cambiar el mundo, trozo además de un análisis clasista de la sociedad que está superado. En parte es cierto, la conflagración ya no es (y nunca lo fue) exclusivamente entre un burgués gordinflón con sombrero de copa y una masa temeraria de descamisados proletarios: las cosas son mucho más complejas. Pero hay que advertir que en la época en que se ambienta la presente investigación, dichos conceptos (proletariado, lucha de clases, etcétera) no eran tan relativos como hoy. Pues, en función de esas nociones los trabajadores revolucionarios las emprendieron contra el sistema en el que padecían material, moral, cultural y políticamente. Además, hay mucho que no ha sido transformado, ni por el tiempo y ni siquiera por aquellos auto-reclamados revolucionarios que se han trepado hasta los círculos del poder ejecutivo para dirigir desde allí los cambios. La vida en el orden actual depende del trabajo asalariado, y mientras esa realidad permanezca incólume –aunque se le disfrace- la violencia y la lucha entre quien entrega el servicio generador de riqueza (el trabajador) y quien posee el control sobre la industria productora, seguirá en pie. Por eso el 1º de Mayo sigue siendo actual. Porque este día nació como promesa de rebelión contra la explotación del dinero.
fuente: (1º de Mayo de 1899: Los anarquistas y el origen del “día del trabajador” en la región chilena)
1º de Mayo: Del ritual y “festejos” a la crítica del trabajo asalariado…
Núcleo de agitación comunista1
Hablar del primero de mayo se ha vuelto una constante lucha por recuperar el contenido esencial que los acontecimientos ocurridos proyectan dentro de una totalidad que llamamos capitalismo. Y es que mas allá de que algunos recalquen las ideas a las cuales adscribían quienes fueron asesinados por el estado y el capital o la dicotomía entre “fiesta del trabajador” y “protesta contra el trabajo”; donde la posición de los primeros ni siquiera vale enunciar por lo rastrera y sometida a la práctica del poder, bien vale la pena recalcar que esa consigna de “protesta contra el trabajo” puede desmembrarse en varios aspectos que describiendo los hechos acontecidos aquel 1 de mayo de 1886 perduran de modo invariante hasta el presente, en formas más o menos concretas.
Y es que resulta bastante difícil intentar “mostrar” el contenido de clase evidente de lo ocurrido en mayo en Chicago. Básicamente por el bombardeo ideológico y por las mismas corrientes “de izquierda” que pareciese no quieren o desean evitar ahondar en el significado y consecuencias que motivo la huelga que culmino con los hechos ya sabidos, dentro del desarrollo del capitalismo.
La lucha por una jornada laboral de ocho horas es fácilmente identificable con cualquier sindicalismo que busca armonizar la relación entre la valorización del capital y algún “derecho” de quien ha de vender sus energías físicas e intelectuales para una actividad que produce mercancías o profundiza las condiciones para su reproducción. Y decimos “fácilmente identificable” porque es común que cualquier sindicato luche por una reducción de la jornada laboral. La cuestión radica en hasta donde se pretende ir con aquello. Y el 1 de mayo se fue hasta la abierta guerra de clases.
El 1° de mayo de 1886 la huelga de meses y meses, por la jornada de ocho horas estalló de costa a costa en los Estados Unidos. Sin embargo en Chicago la situación era diferente y muchos de los obreros seguían trabajando 13 o 14 horas diarias. El día 3 de mayo se convoco una manifestación frente a la fábrica de maquinaria agrícola McCormik donde se desató una batalla campal entre los proletarios en huelga y los traidores servidores de la burguesía unidos con la policía que dispararon a quemarropa matando a 6 obreros y dejando una docena de heridos. Enfurecido el periódico anarquista “Arbeiter Zeitung” escribiría: “Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!... Es la necesidad lo que nos hace gritar: “¡A las armas!”. ¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís! ¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”. La proclama terminaba convocando a una gran concentración de protesta para el 4 de mayo, y concluía con las palabras: “¡Trabajadores, concurrid armados y manifestaos con toda vuestra fuerza!”. Al otro día unas 15000 personas acudieron a la plaza, el alcalde hizo avanzar a la policía, ésta se disponía a disparar cuando, desde los obreros, se vio salir un objeto humeante del tamaño de una naranja, que cayó entre dos filas de los policías, levantando un poderoso estruendo y arrojando por tierra a todos los que se encontraban cerca. Sesenta policías quedaron heridos de inmediato y siete muertos. Esta fue la señal para que se desatara una carnicería más terrible que la del día anterior. Los policías cargaron salvajemente sobre la multitud, disparando y golpeando a diestra y siniestra. El balance dejó un total de 38 obreros muertos y 115 heridos. Escritores de diarios, oradores, y otros conocidos por su actividad política fueron acusados de haber compuesto y ayudado a lanzar la bomba que mato a los policías. Tras un año de juicios cargados de irregularidades y sin testigos que los inculparan directamente, la corte dicto que August Spies, Albert Parsons, Adolf Fischer y George Engel fueran condenados a morir en la horca por ser culpables de los acontecimientos del 4 de mayo.
Después de dichos acontecimientos, la fecha ha devenido un “festejo”, una “celebración” por la victoria de conseguir “derechos”. ¿Pero que es un derecho dentro de la democracia capitalista? El terreno de lucha de la burguesía para someter al proletariado es siempre la democracia, el parlamento, las leyes. ¿Podríamos esperar algo de un “derecho” que viene otorgado por los mismos que nos obligan a vender nuestras fuerzas en pos de valorizar su capital? Es ahí donde no solo urge la crítica a la democracia, sino a enarbolar como victoria la conquista de un “derecho” en el terreno de la burguesía.
Necesario es ahondar en lo que reducir la jornada de trabajo significa.
El reducir la jornada de trabajo es reducir la cantidad de tiempo en que el capital nos quita la vida. Pero el capitalista puede fácilmente intensificar esa jornada: “ok, trabajen menos pero les sacare el jugo”. Si bien la reducción de la jornada laboral es un medio para recuperar nuestra vida, fácilmente puede ser absorbida por el capital. Entonces se torna evidente que trabajar menos para vivir más implicara necesariamente una re-acción del capital, cuestión que nos lleva a un punto en donde descubrimos que el problema no está en cuanto sueldo nos darán ni en cuanto tiempo menos se trabajara, sino en el trabajo asalariado como elemento de la reproduccion de nuestra miseria cotidiana.
El problema es el trabajo asalariado mismo. Es contra este que debemos luchar. Es contra la actividad productora de mercancías orientada a un mercado que es sinónimo de seudonecesidades lo que debemos combatir. Estas son apenas unas líneas de lo que consideramos el 1 de mayo significa. De las luchas particulares contra la totalidad de este sistema llamado capitalismo, hemos de avanzar cualitativamente hacia lo más abstracto, hacia esas categorías (relaciones sociales) que son las que realmente esconden el funcionamiento de esta esclavitud moderna.
El primero de mayo ha de ser un momento de crítica hacia aquello que le dio origen: la critica al trabajo asalariado. Es aquello hacia lo que debemos apuntar. La cuestión consiste en remarcar contra que se lucha, en recuperar su contenido de clase para insertarlas dentro de nuestras luchas actuales.
VER:
Breve relato...
Esta nueva jornada del primero de mayo no represento mayor diferencia con las realizadas en otras ocasiones. El hecho que la CUT se apropie de la fecha y asistamos a escuchar lo que sabemos dirán para después criticarlos se vuelve un ejercicio un poco aburrido. De ahí que consideremos útil el romper el ritual sin que dicha ruptura encarnada en una acción determinada se convierta en un ritual. Con esto no nos referimos a la mera acción para romper la pasividad de un acto anestesiante, sino acabar con la ideología que empantana esta fecha.La marcha comenzó dentro de lo “de siempre”: consignas añejas, consignas socialdemócratas, expresión de la llamada “creatividad” festiva que tanto gusta la prensa en recalcar y alguno que otro grito difuso que no rogaba al estado sino que lo despreciaba. De a poco andar la marcha, los pobladores deciden tomarse las dos calzadas de la alameda. Muchos pasan del sector de los “disciplinados” hacia el lugar donde no estaba permitido marchar. Los pacos no pudieron hacer nada. Así se llega hasta el escenario y en la vía paralela a donde se hablaban las pelotudeces de siempre de Martínez y se festejaba la miseria asalariada, algunos empiezan a enfrentarse a la policía.
De apoco estos intentan controlar la situación pero sus corridas siempre implicaban una retirada. Aquellos que iban al choque se encargaban de levantar barricadas para impedir el paso de los carros policiales al tiempo que atacaban iconos del capital.
Lamentablemente en cada esquina existía un piquete dispuesto a salir, por lo que mientras estos iban “bajando” hacia el sector de estación central; se encontraban con más fuerzas policiales. En Republica con Alameda la policía se quedo intentando avanzar mientras varios destruyeron un banco y armaron una hermosa barricada. Fueron varios minutos en que la rabia de clase se expreso en el ataque a dicho banco. Aquel elemento que en términos más amplios podemos conocer como “la banca” era atacada particularmente como símbolo de algo bastante material que permite y desarrolla las condiciones de nuestra miseria. Y aparte de este banco también fue atacado otro. Es reconfortante ver estas acciones en tanto no las reducimos al mero ataque “simbólico”, sino que aparte de este lo intentamos comprender como una acción que en el ataque particular de lo que se destruye se encuentra la necesidad de la destrucción total de aquello particular. Quizás no es el objetivo de quienes lo realizan, quizás no se lo plantean así. Lo que nos importa es ver las posibilidades de la acción en estas marchas como situaciones que insertadas dentro de una totalidad pueden adquirir un significado diferente del que se le proporciona desde una ideología o su aislamiento. Tampoco es rebuscar la cosa e intentar de ver en cada acción un momento de potencial desarrollo del ataque al reino de las mercancías, pero si preferimos darle la vuelta de tuerca a esta posibilidad antes que el repudio. En este caso la particularidad de un ataque es necesario abstraerla de lo material mismo para comprenderla como un ataque a lo que posibilita el desarrollo del capitalismo. Si bien acabar con la propiedad implica una relación social, ir a su cubierta ideológica es un paso interesante. Todo esto, claro está, implica una serie de acciones que no pueden desligarse al marco amplio que las convoco hace un siglo y que tiene que ver con la reducción de la jornada laboral, cosa que ya mencionamos nos lleva inevitablemente a la crítica del trabajo asalariado.
El acto ya había terminado pero aun muchos continuaban enfrentando a un gigantesco contingente de pacos, en moto a caballo, guanacos y zorrillos varios. Es importante la capacidad de muchos en perder el miedo a la autoridad y ponerse delante de sus carros a golpearlos. No es la solución a nada si pretendemos buscar algo en la inmediatez, pero los acontecimientos de hoy puede ser visto de una manera de "mala" acción, pero es la misma la que va creando las condiciones para su propia necesidad dentro de un espectro mayor, dentro de la dinamica de la lucha de clases. ¿Un ejemplo? Las movilizaciones estudiantiles del año pasado, donde en un comienzo se pretendía que todo fuese pacifico y al final eran miles quienes combatían en la calle. De los cientos de un comienzo se creó la condición de ser mas en términos cuantitativos. El desafío que viene en dicha situación es un desarrollo cualitativo. Solo ahí las fechas o actividades pueden desmembrarse de su piel ideológica y aparecer en toda su verdad, como acción que surge de la contradicción misma que enmarca el sentido en el cual esta se produce.
Los detenidos y demases pueden informarse en otros sitios pues no tenemos info sobre eso....
Imagenes:
sacadas de la red...esperamos nadie se sienta pasado a llevar por usarlas sin "pedir permiso"....TOLERANCIA CERO PARA QUIENES QUEMAN NUESTRO FUTURO
IntroducciónUna vez que se ha hecho mas acentuada la alienacion cotidiana del capitalismo sobre nuestras vidas, los-as proletarios-as (ustedes como nosotros) estamos ante la alternativa de rechazar completamente la totalidad de nuestra miseria. Ese momento no ha llegado, porque si bien existen minorias revolucionarias (como los firmantes de este panfleto) que han logrado ir develando las contradicciones propias de la sociedad de clases, logrando enunciar dicho rechazo, si esto no ocurre a nivel de organizacion revolucionaria del proletariado, conciente de su programa, no estamos ante la revolucion social, que es donde apuntamos, ¿o no compañeros-as?
El nivel de acumulacion capitalista es tal hoy en dia, que se hace necesario llevar adelante procesos complejos de alienacion, para lograr crear nuevas condiciones donde los-as proletarios-as puedan acceder a una infima parte del exquisito pastel de ilusiones que conforma la ideologia de la dominacion. De este modo se concreta la inversion de este mundo. Solo asi se entiende la incapacidad total en la que estamos como clase. Pero si el Capital acumula, acumula el proletariado. Y la Lucha de Clases vuelve a surjir como dinamica de enfrentamiento entre dos concepciones antagonicas del mundo. En el fulgor de dicha dinamica se devela tal cual es este mundo, cayendose las mascaras, volando los disfraces y quemando las mentiras.
Es asi como tajantemente exponemos que nuestra clase, el Proletariado, no ha sido suprimido. sigue existiendo irreductiblemente en la alienacion intensificada del capitalismo moderno: es la inmensa mayoria de los trabajadores que han perdido todo poder sobre el empleo de sus vidas, y que cuando lo saben, se redefinen como el proletariado, la negacion en accion que opera en esta sociedad. Logrando de este modo comenzar a realizar su existencia, y dejando atras el "parecer" y aventurandose en el "ser".
Por eso afirmamos que cuando el proletariado descubre que su propia fuerza exteriorizada contribuye al fortalecimiento permanente de la sociedad capitalista, ya no solo bajo la forma de su trabajo, sino tambien bajo la forma de los sindicatos, los partidos o el poder estatal que él constituyó para emanciparse, descubre tambien, a traves de la experiencia historica concreta, que su clase es completamente enemiga de toda exteriorizacion fija y de toda especializacion del poder. Es portador de la revolucion que nada puede permitir externa a si misma.
1
“Oh, caballeros, la vida es corta... Si vivimos, vivimos para marchar sobre la cabeza de los reyes.” W. Shakespeare
Hoy no es una fecha festiva. Que esté marcado como feriado en el calendario no lo hace igual a los otros pocos días de entre los 365 en que cada año aprovechamos para descansar un poco de la horripilante rutina a la que nos ha acostumbrado el trabajo asalariado.
Esta es una fecha, un día, como pocos, que fue arrebatado a la normalidad capitalista. Pero como todo enfrentamiento entre proletariado y capital, tuvo que pagarse con una tragedia: el encarcelamiento y ejecución de los Mártires de Chicago. Proletarios que a partir de las reivindicaciones a que el capital nos obliga a pelear, en tanto estamos obligados a vendernos como fuerza de trabajo, preparaban conscientemente el camino de la revolución social hasta el fin.
Hoy el capitalismo-espectacular superó la imaginación, superó las probabilidades, y sobrevive porque ha logrado adaptarse y mutar con gran eficacia. Se nos “representa” como la visión global y tolerante, pluralista y democrática, el fin natural del progreso -también natural- de la humanidad. La sociedad en que el “hombre/mujer libre” es capaz de decidir “sobre su vida”, en los escaparates del consumo, que ejerce la libertad de desplazarse en metro o micro de un punto a otro de los centros de distribución de mercancías humanas, animales, electrónicas y/o inanimadas.
En este mundo, invertido por la razón capitalista y estatal, la lucha frontal de los proletarios en contra del trabajo ha sido convertida en la “fiesta del trabajo”. O sea, en la celebración alegre y cobarde de nuestra propia esclavitud. No olvidemos que hoy los sindicatos nos mandan a marchar, a acumular fuerzas para “luchar por las reformas que el mundo laboral necesita” y así lograr el “trabajo digno”. Algunas “fuerzas de izquierda” hasta amenazan diciendo que los trabajadores no necesitamos a los capitalistas, ¡porque podemos auto-explotarnos y seguir trabajando autogestionadamente en la producción de nuestras propias mercancías!
Pero ¿por qué mendigar al Estado empleos “estables”? ¿Por qué seguir indefinidamente poniendo la vida al servicio de la acumulación de valor, de dinero, de mierda? ¿Para ser explotados-as indefinidamente? Nuestra clase no se va a levantar a estas alturas para reivindicar un “empleo estable”, un “trabajo digno”, un “trabajo decente”.
Ya pasaron los tiempos en que al luchar como clase exigíamos eternizar la propia servidumbre, la propia esclavitud cotidiana, en que se exigían cosas al Estado en su lenguaje propio de leyes y derechos, supervisores y reglamentaciones. Está más claro en todo el mundo que en 1886 el hecho de que aceptar las condiciones de explotación capitalista, su régimen salarial y su derecho al trabajo es una operación a la que sólo accedemos por la fuerza de la amenaza y la costumbre, por el terror económico y policial que impone sobre la casi totalidad de la gente desde hace unos cuantos siglos el Estado y el Capital (inseparables entre sí, como el Comunismo y la Anarquía). Pero está lejos de ser natural el aceptar venderse, el transformarse en cosa, en número de matrícula al servicio del capital y de la alta burguesía, de su estado y sus empresas, “públicas” y “privadas”, por eso siempre que existe miseria existe rebelión, y donde hay dominación estatal hay puntos de fuga que resplandecen dando una llama rojoscura.
Los izquierdistas de distintos colores nos dirán en este día que lo que nos falta es más democracia, o que el “poder” debiera volverse alguna vez “popular”. Pero los mecanismos de este sistema son tan democráticos como se necesita que sean en cada fase de desarrollo capitalista para que su clase acumule cada vez más dinero, y es obvio que ningún poder tiene por objetivo asegurarnos una existencia feliz y plena, sino que muy por el contrario, su objetivo es la destrucción de la unidad orgánica del proletariado y de sus intereses totales, en pos de la “organización” atomizada de los mismos según sus intereses parciales. Quieren hacernos luchar por los derechos correspondientes al individuo, las garantías del ciudadano (homus economicus), la vida de mierda del humano reducido a comprador y vendedor de mercancías.
Los sindicatos y partidos políticos son órganos vitales del Estado (siempre) burgués para desempeñar tal función. El verdadero partido comunista histórico es el proletariado en su más amplia expresión realizando simultáneamente la destrucción del poder y de la economía capitalista, interrumpiendo para siempre la producción de mercancías mediante actos ininterrumpidos de comunización.
Aprovechamos este día para expresar en actos nuestra más grande solidaridad con los-as proletario-as que viven y luchan en sus respectivos territorios alrededor del globo.
Reapropiémonos de la vida y reafirmemos nuestra humanidad. ¡Los proletarios del mundo reunidos en Chicago en 1886 no estaban luchando por trabajar más sino menos! Preparemos el futuro desarrollando y fortificando los lazos entre proletarios-as, construyendo redes de resistencia invisible afuera y contra toda mediatización, solidarizando activamente con los/ as compañeros/as castigados más duramente por el Estado/Capital, afuera de todo partido de izquierda o derecha, de todo sindicato, de toda asociación formal, de toda ONG... para hacer posible el único futuro humano que pueda poner definitivamente término a este horror que parece sin fin: la comunidad humana.
¡DICTADURA (ANTI-ESTATAL) DEL PROLETARIADO PARA LA ABOLICIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO!
Núcleo De Agitación Comunista
Redes Por La Autonomía Proletaria
Comité De La Imaginación
http://hommodolars.org/web/spip.php?article4561
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