Las condiciones de las que escapan son las mismas desde hace años: comen mierda, las celdas son inhabitables con camas de cemento y colchones falsos de gomaespuma. Las palizas se suceden tanto de noche como de día, faltan atenciones y la única medicina es la ‘terapia’ para hacerlos estar tranquilos. Sedan su rabia para evitar ‘desórdenes’, aunque de todas formas no la contienen cuando, al límite de lo soportable, pelean, destruyen, se defienden de los porrazos de la policía lanzando objetos, se fugan… Muchos se hacen daño al caer en la fuga, otros se hacen cortes, ingieren pilas y cuchillas. Pero la ambulancia no pasa la verja la mayoría de las veces, convirtiéndose el hospital así en un espejismo.
El lunes 30 de abril, tres migrantes escalaron hasta el techo amenazando con ‘colgarse’, dos de los chicos son tunecinos y uno, pakistaní. Subieron amenazando con colgarse ante los ojos de la cámara externa porque llevan encerrados allí dentro demasiado tiempo. Después de algunas horas volvieron a bajar, ilesos.
Por otro lado, una de las mujeres ha intentado inútilmente hacer entrar a su médico de confianza porque ha sido víctima de violentos ataques de ‘locura’, que el psiquiatra del CIE cura con masivas dosis de dos psicofármacos distintos. Ya lleva dentro un par de meses y su estado de salud empeora día a día.
La detención en los CIE es ya pésima, lxs reclusxs dicen continuamente que el CIE es peor que la cárcel. Pero, ¿cómo será después del último contrato trienal para la gestión, ganado por el consorcio Oasi de Siracusa por una suma de 28 euros por detenidx? La Misericordia, estos años, ha recibido cerca de 70 por detenidx pero no ha ofrecido precisamente un servicio de 5 estrellas, como afirmaba Daniele Giovanardi hace tiempo. La hermandad simplemente se ha enriquecido a costa de lxs reclusxs dejándoles sólo algunas migajas de mísera supervivencia. Una nueva gestión desde julio, nuevos torturadores cómplices de los campos de concentración nazis democráticos, dispuestos a aprovecharse todo lo posible del pellejo de lxs prisionerxs. Les deseamos que el fuego de la revuelta que siempre arde más en la calle Mattei sea capaz de demoler también su asqueroso proyecto de lucro.
De los CIE sólo escombros.
Solidarixs con lxs reclusxs, lxs rebeldes, lxs fugitivxs.


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