sabato 24 marzo 2012

AUGUSTE VAILLANT


Auguste Valliant fué un importante agitador anarquista y
fervoroso defensor de la propaganda por el hecho. Nació en las
Ardenas en 1861,Vaillant tuvo una infancia miserable. A los doce
años ya vivía solo en París, donde posteriormente fue condenado
por pequeños delitos: A los trece por tomar un tren sin boleto, a los
diecisiete años por robar comida, por tales crímenes pasó seis días
en prisión. Trabajó en diversos empleos manuales temporalmente
en condición de aprendiz y desarrolló una pasión por la astronomía
y la filosofía. Preocupado con la miseria de los habitantes pobres
de París entre los que se incluía, Vaillant se integró en los círculos
anarquistas, el anarquista Malato lo recordará en su juventud como
un muchacho retraído y silencioso. Se casó y vivió en medio de la pobreza con su esposa y su hija
Sidonie, que después de su muerte sería adoptada por Sébastien Faure.
En cierto momento de su vida decidió abandonar París para probar suerte en Argentina, en la
región del Chaco, donde la realidad no se mostró menos hostil. Después de tres años en el extranjero,
Vaillant retornó a Francia en donde conseguía empleos casuales que apenas le permitían mantener a
su familia. Vaillant se convirtió en un importante agitador de las campañas anarquistas, y
frecuentemente defendía la propaganda por el hecho. Las olas de acciones ejecutadas por anarquistas
estaban multiplicándose en Francia entre los años 1892 y 1894 por medio de la iniciativa de varios
activistas, entre los que estaban Ravachol, Sante Geronimo Caserio y Émile Henry. Sus acciones
intentaban atacar a la burguesía y al estado nacional, responsables de la miseria y de la crisis
económica vigente, y de la explotación de las clases subalternas. La ejecución de Ravachol motivó a
Auguste Vaillant a exigir venganza. Ravachol fue guillotinado después de poner cuatro bombas en
lugares públicos parisinos y en un gran restaurante. La acción de Vaillant ocurrió el día 9 de diciembre
de 1893. Cerca de las 16 horas, arrojó una bomba de gran impacto en la Cámara de diputados del
Palacio Bourbon en una sesión presidida por Charles Dupuy. Esta era una bomba cargada de clavos y
metralla que fue lanzada sobre los diputados y espectadores que asistían a las deliberaciones.
Cincuenta personas fueron heridas, incluyendo el mismo Vaillant cuya nariz fue arrancada.
Un artículo del Fígaro del 10 de diciembre de 1893, describe la escena:
“La bomba fue arrojada del segundo foro público localizado a la derecha del palestrante de la
Casa en la segunda galería superior, y explotó a la altura de la galería inferior, reventando en un
torbellino gigantesco aquello con lo que se encontró. Muchos diputados fueron lanzados a la distancia
y el abad Lemire fue arrojado al piso alcanzado por una esquirla en la parte trasera de la cabeza,
abriéndole una herida profunda. Otros diputados fueron también heridos: MM de Lanjuinais, Leffet,
Barão Gerard, Sazenove di Pradine, de Montalembert, Charpentier, Tréveneune. Cercados por la
humareda, se refugiaron en las oficinas en busca de los primeros auxilios. Dupuy, que presidia la
sesión fue alcanzado por un clavo a un costado de la cabeza."
Detenido con otras veinte personas, Vaillant admitió en aquella misma noche que él era el autor
de la bomba. Antes del veredicto del juicio, Vaillant habló a los jurados de los motivos por los que
recurrió a actos de violencia en favor de un nuevo mundo:
"Tuve por lo menos la satisfacción de golpear esta sociedad existente, esta sociedad maldita
donde cualquiera puede ver que un solo hombre gasta inutilmente lo suficiente como para alimentar
centenares de familias; una sociedad infame que permite a unos pocos individuos monopolizar la
riqueza social (...) regresé a Francia donde me estaba reservado el ver sufrir a mi familia
terriblemente. Esta fué la última gota que rebasó el vaso de mi tristeza. Cansado de llevar esta vida de
AUGUSTE
VAILLANT
La propaganda por
el hecho en la
Francia del siglo XIX
sufrimiento y cobardía, llevé esta bomba hasta aquellos que son los principales responsables por la
miseria social"
Aguste Vaillant fue sentenciado a muerte, a pesar de que con su acción no mató a nadie, solo
causó heridos. A pesar de la petición de indulto hecha por el abad Lemire, herido durante el ataque. El
Presidente de la República, Carnot, desatendió todas las demandas en favor de Vaillant y firmó la
ejecución. Ese mismo año Carnot sería ajusticiado
por el anarquista Sante Gerónimo Caserio.
A los 33 años de edad, el día 15 de febrero
de 1894 Vaillant fué guillotinado. Antes del
momento final gritó:

¡Larga vida a la Anarquía! ¡Mi muerte será
vengada!

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