mercoledì 11 gennaio 2012

Genocidio y espectáculo – Mundial de Fútbol de 2014 y Juegos Olímpicos de 2016 en Brasil


Unas palabras sobre los procesos vividos en Río de Janeiro desde una perspectiva anarquista

El siguiente texto surge de una discusión colectiva, realizada entre individuos que circulaban por la okupa anarquista Flor do Asfalto, que se encuentra en el ojo del huracán de los proyectos de reurbanización y del consiguiente endurecimiento de la represión en Río de Janeiro. El presente trabajo pretende contribuir, a partir de una perspectiva anarquista, con una aclaración en relación con los procesos de criminalización de la pobreza y la violencia estatal contra los movimientos rebeldes de resistencia frente a tales proyectos.

http://es.contrainfo.espiv.net/2011/09/09/rio-de-janeiro-brasil-llamado-de-solidariedade-international-con-la-okupa-flor-do-asfalto/

El motivo principal de este ensayo es el de poder añadir más elementos a los debates que ya están hirviendo en Rio de Janeiro y otras ciudades, para que las personas que no han tenido la oportunidad de vivir en su propias carnes esta realidad tan particular puedan, al fin, respirar un poco de esos aires. Esta iniciativa tiene, también, la intención de contribuir en la guerra social, una vez que las estrategias del poder jerárquico se reproducen y repiten en distintas regiones y épocas desde hace siglos. A fin de cuentas, creemos que lo que se vive hoy aquí puede ser, simplemente, una etapa avanzada de los síntomas propios de las grandes ciudades, por lo menos en lo relacionado con el territorio controlado por el Estado brasileño.

Genocidio y espectáculo

Río de Janeiro, la futura sede del Mundial de Fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016, la metrópolis emblemática ergida sobre un ecosistema maravilloso y paradisiaco (1). Es aquí donde, en cada pequeña fracción de sus barrios y calles, se hacen evidentes los contrastes propios del reino mercantil: repartidas en varias zonas de la ciudad, la pobreza extrema, la profunda decadencia, el abandono administrativo en estado puro… En contrapartida, otras regiones hospedan el escenario simulado y superficial de una vida consumista y cómoda, disfrazada de lujo higiénico, una vida constantemente vigilada por cámaras y una policía ostensible. Esta tierra de tantas historias, de tantos traumas, conocidos por formar parte de la llamada “historia general de Brasil”, es también el escenario donde se producen extremismos de carácter urbano que solo se pueden experimentar en este lugar, por lo menos, en la medida en la que se manifiestan.

Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) –medida comparativa internacional para clasificar el “desarrollo” económico en el ámbito territorial–, en la ciudad de Río de Janeiro, coexisten algunos de los barrios más ricos del mundo, equivalentes a los de los países más acomodados de Europa, mientras que varias favelas presentan el IDH equivalente al de algunos de los países más pobres del continente africano. La raíz de esto puede encontrarse en el hecho de que siempre ha sido una ciudad donde han coexistido la extrema riqueza y la extrema pobreza, al haber sido uno de los mayores puertos de seres humanos secuestrados de África y vendidos como esclavxs. Además, durante 12 años fue la capital del imperio portugués y, después de la “independencia”, fue la capital del Brasil hasta mediados del siglo XX. Si antes los contrastes envolvían los palacios de la nobleza y las senzalas (las “viviendas” de lxs esclavxs) y otros baluartes de lxs negrxs, hoy se manifiesta entre los opulentos barrios ricos –similares a Beverly Hills– y las innumerables favelas.

La cuestión racial está inherentemente ligada a la historia de Río de Janeiro. Si hoy hay una política de barbarie acosando esta ciudad, seguramente se deba a que es heredera directa del régimen esclavista. Esta realidad data del momento de la formación de un poder público autónomo y de la propia constitución del Estado brasileño. Con la llegada de la familia real portuguesa en 1808, la policía carioca fue formada para construir un orden público que buscaba enfrentar a la población esclavizada en la calle, aterrorizando a las personas negras y pobres con castigos físicos en público y su eliminación física, además de combatir la resistencia que se daba de diferentes maneras, políticas y culturales, organizadas o no. Desde las fugas rebeldes y las consecuentes formaciones de quilombos (2), la capoeira, lucha nacida en la calle y herramienta inseparable de lxs negrxs rebeldes, hasta las revueltas organizadas que se produjeron durante todo este período. La favela es hija y nieta de esas resistencias, la cuña de bellísimas expresiones culturales afro-descendientes y bastión de la gente que nunca separó la lucha de la sonrisa. Leer más »
http://es.contrainfo.espiv.net/2012/01/11/genocidio-y-espectaculo/#more-4172

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