mercoledì 11 gennaio 2012

Algunas reflexiones sobre el extravío teórico ideológico en el pensamiento ácrata contemporáneo


“Confiemos, pues, en el espíritu eterno que sólo destroza y sólo aniquila porque él es el origen de la eterna creación y de toda la vida. La voluptuosidad de destrucción es, al mismo tiempo, una voluptuosidad creadora”.
M. Bakunin

“Derribad todos los edificios que, desde cualquier punto de vista, representen un símbolo de opresión. Ningún vestigio del pasado debe ser respetado. Es necesario, de una vez por todas, hacer tabla rasa con todas las instituciones gubernamentales, jurídicas, religiosas, administrativas, etc. Que todos los monumentos, que podrían usarse como punto de reunión de alguna autoridad, sean abatidos sin piedad ni remordimiento... “
L´Indicatore anarchico

“Más vale deformar que repetir. Antes destruir que copiar. Vengan los monstruos si son jóvenes. El mal es lo que vamos dejando a nuestras espaldas. La belleza es el misterio
que nace.”
Rafael Barret



Declaración de propósitos

Digámoslo desde el comienzo, para evitar posibles distorsiones y malos entendidos: el único afán (cada vez más próximo a la obsesión), que alienta estas líneas es contribuir al impostergable debate intrínseco que, ante el despertar de la tensión anárquica, nos permita re-confeccionar el andamiaje teórico-ideológico que lo justifica y facilite la readecuación (que no acomodo) y desarrollo del proyecto anárquico frente a las nuevas condiciones que impone el capitalismo de inicios del Siglo XXI y que reclama nuevos avatares que correspondan con su tiempo. Un tiempo que no parece recomendar −como nos aclara Daniel Barret− la repetición textual de nuestros viejos diagramas de organización y acción sino que exige de nosotros un enorme esfuerzo de re-elaboración en el campo de la teoría y de la práctica. Un tiempo también en el que, afortunadamente y sin lugar a dudas, nos vemos colocados ante un nuevo despertar de las tensiones, inquietudes y algaradas libertarias al que América Latina no ha sido ajena; y que, por esa misma razón, se nos presenta como especialmente propicio para afrontar nuestras asignaturas pendientes, nuestras materias sin rendir, nuestras tareas postergadas, y ubicarlas en el contexto que ahora les corresponde .
Un tiempo, por ende, que requiere nuevas formas de organización y nuevos modos de lucha más conducentes a la destrucción del Estado-capital. Pero, el logro de tales fines, reivindica la superación de las dos “alineaciones” principales del anarquismo como movimiento histórico: el “anarcosindicalismo” y el “especificismo”. Configuraciones básicas que correspondieron a las necesidades y condiciones de su tiempo, hoy, −retomándo a Daniel Barret−, “considerablemente lejano de los escenarios históricos que dieron lugar y justificación a esas realizaciones orgánicas.”

1)- Barret, Daniel. Los sediciosos despertares de la Anarquía. Montevideo, Uruguay.
En: http://www.nodo50.org/ellibertario/descargas/Despertares-Barret%5B1%5D.rtf
Id.

No obstante, en este resurgir de las tensiones anarquistas, no sólo nos encontramos con la obstinada permanencia de las “configuraciones básicas” del anarquismo como movimiento histórico, a pesar de que el actual escenario y las presentes condiciones, ubican, tanto al “anarcosindicalismo” como al “especificismo”, en el seno del denominado movimiento ficticio ; sino que, además, presentan las mismas “desviaciones” que antaño originaron en búsqueda de adecuaciones, por lo general, a manera de respuesta “inmediata” ante los fracasos y derrotas, nada más y nada menos que en el terreno militar.
Y precisamente, son estas “desviaciones” o “neo-desviaciones”, las que nos ocupan como claros exponentes del”extravío teórico ideológico en el pensamiento ácrata contemporáneo”.

Desahogos: a manera de preámbulo
Debí comenzar por el principio; haciéndolos partícipes del por qué de estas breves reflexiones, cuyo germen se localiza en los profundos océanos de la información y contrainformación cibernáutica y, en las polémicas virtuales que se suscitan en nuestros incontables foros; en ocasiones, mucho más nutridas que las que ocurren en la realidad cotidiana. Esto lo comento no en un sentido peyorativo sino reconociendo el potencial de este instrumento, ineludible a la hora de ubicar la presencia anarquista y de focalizar afinidades; siempre y cuando, nuestro accionar no se limite únicamente a este espacio y, también se concrete en otros campos.
Precisamente, en el ciberespacio se fueron construyendo los cimientos de estos planteamientos, al iniciar una polémica lamentablemente efímera, referente a las “similitudes entre el discurso semántico «pintoresco» de la OCL (Organización Comunista Libertaria) de Chile y la «ponencia» de Pepe (José Antonio Gutiérrez), en el Encuentro Internacional Anarquista de la Ciudad México”, en la lista de discusión sobre el anarquismo latinoamericano (Anarqlat).
“Sin duda (continuaba exponiendo en aquella intervención), estas similitudes en la verborrea izquierdista también se sintonizan, indiscutiblemente, con la promoción de "nuestro partido" en esta lista de discusión del anarquismo latinoamericano y que nos receta otro partidario de la OSL (Organización Socialista Libertaria) argentina, Leonardo Rodríguez, como «el que no quiere la cosa», con el ánimo del «sin querer queriendo» de El Chavo del Ocho.”
Vale destacar, que mi intervención se enfocaba a denunciar una particular situación: la avanzada del "anarco"-bolchevismo.
Esta "avanzada", que puede constatarse a través de artículos, ponencias, reflexiones y comunicados en Anarkismo, A-Info, A las Barricadas, La Haine, Clajadep, Kaos y, ahora en Anarqlat, lleva más de una década materializándose, copando organizaciones específicas, adueñándose del cadáver anarco-sindicalista, apropiándose de publicaciones, ateneos, bibliotecas, centro sociales, okupaciones, infoshops, editoriales y de siglas (otrora vinculadas a luchas históricas del difunto movimiento obrero), adjudicándose cínicamente "logros" ajenos.
Desde luego, para concretar dicha "avanzada", los "anarco"-bolcheviques de ocasión han tenido que echar a andar su propio Frankenstein, resucitando "desviaciones" del proyecto anárquico, propias de ese caminar sin dogma que

3)- Bonanno, Alfredo. Movimiento ficticio y movimiento real. Ekintza Zuzena, Número 16, 1994-95, pp. 39-43. Traducción Pablo Serrano Serrano.

nos caracteriza, a golpe de ensayo y error y, donde, perfectamente, podemos ubicar a La Plataforma partidista de Mackno o, al Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón. Lamentables "ensayos" que no podemos descontextualizar y que, indiscutiblemente, respondían a las influencias y confusiones de su época y, a las necesidades y demandas de ese particular contexto histórico. Sin embargo, tampoco se puede obviar que en su propio tiempo y espacio fueron refutados estos tristes “tanteos” desviacionistas y recibieron duras críticas de parte de los cómplices de la Anarquía.
Hoy, los "anarco"-bolcheviques no podían presentarse como lo que son. No podían (menos a estas alturas del partido) llegar e imponer las tesis leninistas. No podían volver a confundir con El Estado y la revolución. No podían revendernos la "Revolución" cubana, ni la joda sandinista ni el "foquismo" ni la "guerra popular prolongada" ni el "necesario" frente popular, NO PODÍAN Y NO PUEDEN. Entonces, todo ese remanente ideológicamente "desempleado" después del desplome del capitalismo de Estado; toda esa bola de agentes y semi agentes (a sueldo y/o voluntarios) de la izquierda del Capital, al servicio de la URSS, de la RDA, de Checoslovaquia, de Albania, de Rumania, de Cuba y del Estado “proletario” que fuese, no tuvo más alternativa que hacer público su "mea culpa" y comenzar a arrojarle toneladas de mierda al stalinismo, a las purgas partidistas, a los crímenes y masacres, a las invasiones, al GULAG, a las UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción); condenándolos como "errores imperdonables" del autoritarismo y el dogmatismo; y, poniendo a buen recaudo todo el discurso ambiguo del leninismo, emprendieron la tarea de infiltración y comenzaron a copar organizaciones, no únicamente de signo anarquista, también a organizaciones de barrio, de fábricas, estudiantiles, indígenas, de parados, de piqueteros, etc., y, lógicamente, partidos socialdemócratas (electoreros o no) y de las mil ciento una sectas del leninismo (léase trotskistas, maoístas, espartaquistas y demás istas), donde −a pesar de que hasta hace muy poco, las tildaban de "revisionistas"− se amoldaban con mucho mejor cabida.
Siendo así, aprovechando las grietas, los resquicios y las confusiones al interior del “movimiento” anarquista, estos impresentables leninistas, sean “ex”-miristas, (Movimiento de Izquierda Revolucionaria-MIR), "ex"-sandinistas (FSLN), "ex".farabundistas (FMLN), ex KGB, etc., se han ido infiltrando y ganando espacios y organizaciones específicas y, fortaleciendo su Frankenstein ("nuestro partido") mediante sus medios de propaganda y desinformación: publicaciones impresas (Hijos del Pueblo, En la Calle, etc.) y electrónicas (Anakismo.net, CLAJADEP, etc.).
Por añadidura, señalaba, en aquella intromisión cibernáutica, cómo la marea trajo hacia nuestras “filas” a los ex-MIRistas, José Antonio Gutiérrez (Pepe) y, Jaime Yovanovic Prieto (más conocido por su nombre artístico, el Profesor J) y con ellos, toda la verborrea de "nuestro partido", todo el tufillo populista del Poder Popular, de la Autogestión-Cogestión y los efluvios izquierdistas de la autodisciplina, la "seguridad popular", la organización única, la "organización de base", de la "necesidad" del Frente, del "buen gobierno" , de la "democracia directa" y demás patrañas embaucadoras con la decidida intención de multiplicar como hongos en temporada las organizaciones "anarco"-bolcheviques a la largo y ancho del continente latinoamericano y, de este modo, garantizar una fructífera cosecha a través de las neo-desviaciones.

Las conjeturas
Aquel intento de debate cibernético no alcanzó la menor refutación teórico-ideológica y se redujo, en el mejor de los casos, al silencio por respuesta. O, en el peor, al atavismo de las más execrables falacias a modo de argumentación. Asimismo, Leonardo Rodríguez, desde Buenos Aires, incurría en una ignoratio elenchi; recetándonos “El Liberalismo de Avanzada” de Jorge Solomonoff , en un intento de desviar la discusión hacia lo que él procuraba colocar como tópico central y, de paso, “neutralizar” mis argumentos, forzándome a “defenderme” y abandonar el tema inicial del debate.
Esta falacia “clásica” que radica en la aportación de argumentos y premisas para demostrar algo que simplemente no es lo que está a discusión (sirviendo de “cortina de humo” para evadir la discusión de fondo); es con frecuencia utilizada por los agentes del chavismo, cada vez que se acusa la explotación carbonera de las grandes transnacionales mineras en la región de El Perijá, en concubinato con el Estado venezolano y, las ganancias multimillonarias que representa esta criminal contaminación del agua y de las tierras en las comunidades indígenas Wayuú −tanto para el gobierno bolivariano como para las corporaciones internacionales−; y, en vez de dar atención a estas demandas, nos prescriben los “grandes logros” sociales del Socialismo del Siglo XXI, a través de las misiones médico-educativas que ha implementado el Comandante.
De igual forma, Leonardo Rodríguez, emplea la ignorancia de la refutación “colgando” el libro de Jorge N. Solomonoff y asume que al enlistar a Godwin, Nettlau, Rocker y otros personajes relacionados con el anarquismo −que él consideraba que podrían ser mis Mesías o que yo, mínimamente, saldría a la defensa de sus tesis o no aceptaría que se les encasillara bajo el rótulo de “liberales de avanzada”− quedaría atrapado entre la espada y la pared frente a una “verdad” irrefutable.
Desde una perspectiva lógica, la técnica para evidenciar una falacia de ignoratio elenchi consiste en demostrar que la conclusión que plantea el argumento de ignorancia de la refutación puede ser verdadera, a la vez que el propio planteamiento que pretende refutar. Ante esto, el antídoto más eficaz es puntualizar cuál es el verdadero tópico en discusión: el extravío teórico ideológico en el pensamiento ácrata contemporáneo.

Especulaciones previas
Particularmente, considero muy, pero muy estrecha, la óptica de Solomonoff, a la hora de definir conceptualmente el término “liberales de avanzada” y, equipararlo con una corriente que, según insinúa, se ubica a la derecha del anarquismo (porque “se aparta del socialismo”), dejando fuera del calificativo a toda la corriente izquierdista del anarquismo, que fácilmente, también se acomoda dentro del término y, con la que el propio Solomonoff, perfectamente, se alinea.
Desde lo que él denomina “relaciones de conjunción y oposición” de ambas tendencias en el seno del “movimiento”, reduce el análisis a una pretendida dicotomía entre “socialistas” y “liberales” al interior del anarquismo, sin siquiera

4)- Solomonoff, Jorge N. El Liberalismo de Avanzada. Editorial Proyección. Buenos Aires, 1973.
Ibid. p.9
Id.

considerar como posibilidad remota que entrambos postulados no son sino desviaciones del proyecto anárquico.
Justo lo tocante a las diferencias entre lo “liberal” y lo “libertario” (precisamente, porque considero −al igual que infinidad de compañer@s− que este aspecto es clave a la hora de situar el lugar teórico del pensamiento anarquista y las prácticas correspondientes), prefiero abordarlo desde lo que denominamos la doctrina del “mal menor”, en la que incurrieron, a su modo, ambas corrientes: la “liberal” (mucho mejor definida como “humanismo-antitotalitarismo”) y, la “libertaria”(autodenominada izquierda-antiimperialista y, mucho más puntualizada en la expresión del compañero Daniel Barret –y considerablemente más larga− “colonización conceptual conciente o inconsciente, parcial o completa, de casi toda la izquierda latinoamericana por las conclusiones del XX Congreso del PCUS, realizado en 1956”), alejándose, en ambos sentidos, de los sinuosos senderos a la Anarquía.
A partir de esta redefinición del concepto, resulta reducidísimo el listado de Solomonoff y, en lo personal, bajo el rótulo de “liberales de avanzada”, llenaría un enorme costal en el que bien puede incluirse a varios “santones” del anarquismo, desde Kropotkin, Grave, Pelloutier, Ricardo y Enrique Flores Magón, Malato, Cherkesof, Cornelissen, Diego Abad de Santillán, Federica Montseny, García Oliver, pasando por Ricardo Mestre, Fidel Miró, Jacobo Prince, José Grunfeld, Abelardo Iglesias, Luce Fabbri, Daniel Guèrin, Carlos Díaz, Rabehl, Cohn Bendit, Murray Bookchin, Osvaldo Bayer y, desde luego, Noam Chomsky, entre otr@s. Claro está, sin caer en el error de entremezclar décadas sin ton ni son y, mucho menos, abordar este análisis crítico carentes de perspectiva histórica.
Aunque haya sido en los términos de opciones distintas, ambas “desviaciones”: la humanista-antitotalitaria y, la izquierdista-antiimperialista, incidieron en el “mal menor”.
L@s primer@s, desde Kropotkin, Grave, Malato, Cherkesof y compañía, posesionándose como “anarquistas pro gubernamentales” y “sargentos reclutadores de los gobiernos” (como les llamaría Malatesta en un artículo publicado en el Freedom de abril de 1916) al asumir una política proaliado tomando partido por los gobiernos de Francia e Inglaterra frente al militarismo alemán y, llamando a “los liberales y los socialistas del mundo a mantenerse alerta contra el peligro germánico”; optando, conciente o inconscientemente, por el “mal menor” representado en las democracias occidentales. Años después, encontraremos a l@s participacionistas (como les denominaría Berneri) afiliados a la CNT, Federica Montseny, García Oliver, etc., eligiendo, conciente o inconscientemente, nuevamente el “mal menor”, conformados en gobierno durante la República y; por último, optarán, conciente o inconscientemente, también por el “mal menor” de las libertades democráticas: Ricardo Mestre, Fidel Miró, Jacobo Prince, José Grunfeld, Abelardo Iglesias, Luce Fabbri, entre otr@s, influid@s por las tesis de Hannah Arendt (ante la barbarie fascista-stalinista) y las concepciones evolucionistas encaminadas hacia la mayor descentralización o “los gobiernos que menos gobiernen” y como método el deleznable “sindicalismo libre”. Además habría que agregar, a grandes rasgos, que dándole continuidad a estas elaboraciones ultraliberales, hoy nos encontramos con verdaderos engendros como el Partido Libertario (Libertarian Party) y amplios sectores del ecologismo electorero.
L@s segund@s, aunque haya quienes colocan sus tesis fundacionales (con la intención de darle cierto “peso histórico” a esta desviación) en la Plataforma de 1926 de Makhno, Arshinov, Mett y compañía; en realidad, tenemos que situarlos a partir de la inminente influencia en ciertos sectores libertarios de la personificación del imperialismo en los EE.UU (post Yalta) de José Stalin y, la posterior “colonización conceptual consciente o inconsciente, parcial o completa, de casi toda la izquierda latinoamericana por las conclusiones del XX Congreso del PCUS, realizado en 1956”, fortalecida con creces luego del triunfo de la revolución nacionalista-burguesa de los hermanos Castro en Cuba y, el ulterior desarrollo de movimientos independentistas en las colonias de África y Asia, encaminados, con la ayuda de la exURSS y la República Popular China, hacia la creación de nuevos Estados nacionales que, más tarde, en el calor de la “guerra fría” jugarían un papel crucial en el mapa geopolítico a favor de sus “libertadores”.
Al interior de este grupo, hallamos organizaciones de matriz libertaria que reducirán drásticamente la problemática teórico-ideológica y sus correspondientes consecuencias prácticas a la disyuntiva de tomar partido en torno al eje humanismo-antitotalitarismo. Claro está, desde una concepción izquierdista-antiimperialista, estos grupos no podían asumirse a favor del humanismo ni del antitotalitarismo sin ser previamente clasista durante un prolongadísimo período histórico, lo que equivalía a sustentar que la Libertad era un problema a posteriori. Y, desde luego, en tanto el Partido Comunista (el de la URSS, el de Cuba, el de Corea o el de cualquier otro lugar del orbe) era clasista, entonces ellos estaban más próximos a los “Programas de Lucha” y a la mística de la ORGANIZACIÓN (así con mayúsculas y en negritas) que cualquiera que perdiera “humanísticamente” el tiempo en denunciar a los regímenes totalitarios o en el problema de la Libertad. Sin duda, la Federación Anarquista Uruguaya (FAU) fue la organización que más lejos llegó durante la evolución (o involución) que tuvo en el período 1963-1975, plegándose de manera acrítica al mesianismo castrista (de ahí el discurso del “poder popular” que tanto repiten como loros eufóricos los neo-plataformistas) y a adoptar las tesis foquistas del aventurerismo guevarista como método de lucha, amén de la solidaridad con proto Estados guerrilleros (FARC, UNNG, FMLN) y la justificación de la “razón de Estado” por la “autodeterminación de las naciones más débiles” en su afán izquierdista-antiimperialista.
Pienso que ése es el camino que conduce a “soluciones” político-prácticas similares −aunque ahora sea por caminos aparentemente distintos y optando por la alternativa opuesta− a la del primer “grupo” y que, sin duda, ubica a ambas “desviaciones” del proyecto anárquico bajo el rótulo del “mal menor”.
Como dato curioso, quizá, cabe aportar para continuar reflexionando sobre el tema que, con mucha mayor frecuencia de lo que pensamos, tanto individuos como organizaciones ubicadas en ambas “desviaciones” del proyecto anárquico, tienden a “brincar” de una a otra, obedeciendo la lógica del péndulo. Basta mencionar, para citar algunos ejemplos precisos, la “evolución” pragmática de Daniel Cohn Bendit, “anarquista” izquierdista-antiimperialista y afamada vedette durante los sucesos del mayo francés quien acusara de agente de la CIA al representante de l@s anarquistas cubanos en el Congreso de Carrara de 1968 y, años después se convirtiera en diputito de la Unión Europea. O, recientemente, Federico Martelli y los “cumpas” de la AUCA, apoyando la candidatura de Daniel Scioli en el marco de la UNIDAD táctica “Nos unió la situación desesperante de millones de argentinos y ahora lo que nos une a Néstor Kirchner es que con este proyecto vemos que existe la posibilidad concreta de cambiar la realidad.”

Algunas reflexiones
Quizá parezca extremadamente escrupulosa esta obsesiva pulcritud a la hora de enmarcar estas reflexiones pero conviene dejar en claro que lo hago sin la menor pretensión “academicista”. En ese sentido, he tratado de desarrollar un texto accesible, pese a que los temas a abordar pueden ser complejos, con la finalidad de lograr explicarme de manera comprensible, no obstante, mis valoraciones y/o apreciaciones de lo que he designado como “desviaciones” del proyecto anárquico (la necesaria superación de las limitaciones del anarco-sindicalismo, el anarco-cristianismo, el neo-plataformismo, el constructivismo, el humanitarismo, el izquierdismo o algunos otros “ismos” asentados en mesetas libertarias) y, la doctrina del “mal mayor”; pueden acarrear una importante pérdida de conceptualización, más aún, cuando se intenta exponer en pocas líneas un conjunto de ideas empleando términos que podrían llegar a ser ambiguos, para designar algunos conceptos.
Sin embargo, considero que lo importante es que logre desarrollar los contenidos y, no tanto los vocablos que empleo tratando de representarlos. De todos modos, lo único que me motiva es el ánimo de ayudar a provocar una polémica provechosa que nos auxilie para abandonar el extravío teórico ideológico que nos aflige.
Definitivamente no comparto la propensión a maximizar las diferencias al interior del “movimiento” anarquista, reduciéndolo todo a la dimensión del enfrentamiento. Antes bien, considero que la actitud adecuada gravita en avistar dicho “extravío” como un tema más de un amplio debate que aún está por saldarse. Desde luego, esta polémica debe ser asumida, aquí y ahora, pero no tiene por qué adoptar tintes de confrontación definitiva, al menos, no con aquell@s que, genuina y honestamente, consideran estas “desviaciones” que hemos mencionado, como alternativas reales y/o veredas paralelas para arribar a la Anarquía. Ciertamente, tenemos que ser implacables con los inmorales y los provocadores del tipo Floreal Castilla y demás caterva anarco-bolchevique que, sin el menor tapujo, tratan de descarrilar el proyecto anárquico y optan por la técnica del Sustituto.
No tengo la menor duda que estas modestas valoraciones habrán de abonar nuevas discusiones cuyos elementos conceptuales no siempre germinarán con desenvoltura y, pocas veces, desembocarán en orientaciones definidas; consecuentemente, espero que sirvan para incitar a la reflexión y el debate Eso, precisamente, es lo que intentamos.
A efecto de ordenar de manera simple las cosas −y tomando como punto de partida los aportes realizados por el compañero Daniel Barret y los compañeros del Grupo Libertad de Bs.As., entre otros.− tal vez, sea saludable formularnos detalladamente cuáles serían los ejes que nos ayuden a reflexionar sobre el extravío teórico-ideológico en el pensamiento ácrata contemporáneo y, a partir

7)_ Morales, Juan Pablo. Scioli y piqueteros anarquistas, una curiosa alianza de campaña. La Nación. 16 de febrero 2007. En: http://www.lanacion.com.ar/herramientas/printfriendly/printfriendly.asp?nota_id=884038

de ello, elaborar colectivamente la necesaria renovación que brinde nuevos bríos al proyecto anárquico.
Renovación que, como nos recalca el compañero Barret, sólo podrá concretarse desde un ejercicio intransigente de reafirmación;”una reafirmación que sigue fundándose no menos sino más que nunca en una crítica radical del poder y en una inconmovible ética de la libertad; sin mediatizaciones seductoras, transiciones edulcoradas y negociaciones de ocasión que la desvíen o distraigan de sus horizontes y de sus prácticas inmediatas.”

Ejes de reflexión

1) el carácter del “movimiento anarquista” en las actuales circunstancias;
2) la intervención neo-plataformista en este resurgir de las tensiones anarquistas y los verdaderos motivos que animan la resucitación de la tristemente célebre Plataforma

1) El carácter del “movimiento anarquista” en las actuales circunstancias

Probablemente l@s defraude con el desarrollo de las “apreciaciones” sobre este punto en particular que, sin duda, para mí, al igual que para la mayoría de l@s mortales, es un verdadero acertijo que se inscribe, casi íntegramente, en el campo de las predicciones astrológicas, por tanto, no podré plantear nada acabado sino redibujar una cartografía efímera, constantemente bosquejada por compañer@s afines, empeñados en esbozar los nuevos mapas de la evolución del “movimiento” y, en elaborar colectivamente la definición teórico-ideológica que facilite el posicionamiento del proyecto anárquico ante las actuales problemáticas y en la lucha concreta (no en abstracto) contra el Estado-capital.
De cualquier manera, creo que sí voy a poder aportarles algo, desde mi modesta experiencia o, al menos, eso intentaré, apoyándome en reflexiones mucho más elaboradas que nos muestran una instantánea del carácter actual del denominado “movimiento” anarquista. Así que con tales intenciones y, apropiándome de un inmenso caudal de contribuciones, sigo aprovechándome (sin el menor remordimiento) de los análisis que al respecto han venido realizando otros compañeros en diferentes latitudes.
Continúo echando mano de los aportes del compañero Daniel Barret (en Los sediciosos despertares de la Anarquía −El mapa del despertar en América Latina) y, por si fuera poco, de las observaciones del compañero Nelson Méndez de la Comisión de Relaciones Anarquistas de Venezuela (en Bitácora de la Utopía, junto a Alfredo. Vallota), para iniciar el “revelado” de esa instantánea del actual carácter del “movimiento” anarquista, a través de la particular óptica que nos permite “mirar” los hechos desde este lado del Atlántico.
Y, es precisamente Barret, quien deja fluir los primeros tonos y contrastes cuando afirma que “el anarquismo como propuesta revolucionaria radical experimenta un resurgimiento fuerte que fue incubándose de diferentes modos a lo largo de la década de los 90 y que «oficializa» ese espontáneo e

8)- Barret, Daniel. Op. Cit.

inesperado auge, a los ojos del mundo y del propio movimiento que lo encarna, fundamentalmente a partir de las grandes movilizaciones de Seattle, a fines de 1999 y en ocasión de la reunión de la Organización Mundial de Comercio. La percepción de este nuevo auge, sin embargo, no debería agotarse en su mera constatación triunfalista sino que reclama distinguir y destacar algunos elementos que es necesario atender. En primer lugar, este resurgimiento dista de ser homogéneo y no se presenta con la misma fuerza ni los mismos rasgos en las distintas regiones del mundo” (…) “En segundo término, nuestro despertar se manifiesta a través de múltiples ejes y no todos los agrupamientos surgen y evolucionan a partir de entendimientos comunes sino que, antes bien, parecen adoptar siluetas diversas luego de haber afirmado su lejano origen compartido. Por último, la propia configuración de este nuevo florecimiento está planteando implícitamente una ardua labor de comprensión y acercamiento que permita re-elaborar el sustento teórico-ideológico que lo justifica y que, a su vez, habilite darle al mismo desarrollo y profundidad.”
En efecto, el carácter del actual “movimiento” anarquista, comenzó a forjarse durante el largo proceso de maduración de los años 80 y 90 del pasado siglo que concluyó con la asombrosa irrupción del denominado Black Bloc en las protestas de diciembre de 1999 en la ciudad de Seattle. Método nada innovador (cuya paternidad no nos pertenece y que es mérito exclusivo de los denominados –y curiosamente “desaparecidos”− autónomos) si se tiene en cuenta la infinidad de veces que se había puesto en práctica en incontables manifestaciones en Alemania, Holanda y Dinamarca, particularmente y, en algunas protestas específicas en otras ciudades estadounidenses (St Paul, Minneapolis, el 1º de abril de 1990, realizado por una coordinación de colectivos anarquistas autonombrados para la ocasión “Comunidad Anti-autoritaria de las Ciudades Gemelas”; New York, el 23 de abril del 90, durante la acción contra Wall Street por el Día de la Tierra, emplazado por los anarco-verdes (en especial los Youth Greens de New Brunswick y Plainfield, Vermont y, los anarco “primitivistas” de Oregon), colectivos anarquistas del Lower East Side y, Love & Rage Network, contando con la participación de 2 mil manifestantes; New York, 20 de octubre de 1990, en protesta contra la Guerra del Golfo, llamado realizado por Autonomous Anarchist Action (grupo local de la ciudad de New York de la Love & Rage Network, Anarchist Youth Federation, Neither East Nor West, Workers Solidarity Alliance, the New York Youth Greens y el Colectivo Gato Negro; Washington, 26 de enero de 1991, bajo el slogan de Contingente Anarquista contra la Guerra del Golfo y, New York, el 12 de octubre de 1991, ambos convocados por Love & Rage Network) y en México, pero sin obtener los estrepitosos resultados que produjo al captar la atención de la gran prensa internacional durante la “Batalla de Seattle”, como se le designaría al episodio por aquellas fechas.
Rápidamente, la sociedad del espectáculo se dispuso a “interpretar” esta “renovada” puesta en escena de la protesta antagonista y se lanzó a la identificación del “nuevo sujeto” contestatario, asignándole tal rol a los “primitivistas” de Oregon, a quienes tipificaban de manera simplista como “discípulos” de John Zerzan. Si bien es cierto que los anarco “primitivistas” de Oregon jugaron un importantísimo papel en la conformación del Black Bloc de Seattle, también se enlistan entre los impulsores fundamentales de esos

9) - Id


ataques directos y multitudinarios contra el Capital a varios nucleamientos insurreccionalistas de Seattle y otras ciudades del estado de Washington, además de un nutrido listado de colectivos e individuos anarquistas que desde todos los puntos cardinales del territorio estadounidense y del vecino Estado canadiense, se daban cita en la ciudad sede de la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio.
Asimismo, se contaron entre los principales impulsores de aquella masiva movilización, infinidad de organizaciones y agrupamientos, representantes del amplio espectro del anarco-izquierdismo, dando fe de las 167 variedades de anarquismos, desde los “anarco”-pacifistas (con sus subsecuentes sectas: fouriorianos, gandhianos, krisnamurtianos, tolstoianos, anarco-guadalupanos y otros “anos”); los “anarco”-bolcheviques (neo-plataformistas, platatrotskistas, “anarco”-luxemburguistas, socialistas libertarios, comunistas libertarios, “anarco”-antiimperialistas, “anarco”-nacionalistas, “anarco”-latinoamericanistas, “anarco”-panteristas, “anarco”-socialdemócratas, “anarco”-guevaristas, “anarco”-consejistas, “anarco”-populistas, “anarco”-zapatistas, “anarco”-maoístas –aunque Usted no lo crea, su existencia está documentada− y demás “istas”); los “anarco”-hippies o Yippies, (con sus divisiones tribales entre “anarco”-abolicionistas, “anarco”-prolegalización, “anarco”-veganos, “anarco”-espiritualistas, “anarco”-comunalistas, “anarco”-demócratas del arcoiris, “anarco”-poligámicos, “anarco”-rastafaris, “anarco”-surrealistas, “anarco”-psíquicos, “anarco”-yogas, “anarco”-budistas, “anarcos” de la Nueva Era, etc.); los anarco-sindicalistas (Industrial Workers of the World, IWW), las anarca-feministas, l@s anarco-diversos (lesbianas, gays, queers, travestís, transexuales, bisexuales, onanistas –zurdos, diestros y ambidiestros.) y, los folklóricos omnipresentes anarcopunks y tribus anexas (anarco-skins antirracistas, ciberspunks, anarco-crostis, etc.) . Todas estas expresiones de las diferentes variedades de anarquismo, intentaban coordinarse mediante la Direct Action Network (D.A.N); una especie de estructura de portavoces destinados y/o seleccionados para preparar los bloqueos, tratando de darles una forma descentralizada, exentos de núcleos de decisión, con la intención de asegurar la efectividad de las acciones y proporcionar propaganda a las mismas.
Vale agregar que como promotores de la ahora legendaria movilización de Seattle, se sumaban un amplio número de ONG`s, sindicatos, coordinadoras y grupos de clara matriz reformista pero que, dada la ambigüedad de la protesta, cabían perfectamente en escena bajo el rótulo, igualmente ambiguo, de “globalifóbicos”. Entre tal colección de ejemplares exóticos hay que destacar la presencia de Acción Global de los Pueblos (P.G.A. por sus siglas en inglés), los fervientes católicos sociales de Jubileo 2000, la Rainforest Action Network, la National Family Farmer Coalition y, del sindicato charro ALF-CIO (American Federation of Labor- Congress of Industrial Organizations con un numeroso contingente de obreros del metal de la United Steelworkers of America.
Obviando la participación de estas organizaciones reformistas, eran de esperarse “fricciones” lógicas de agendas tan dispares y hasta contradictorias al interior de tan variopinto espectro de los diferentes anarquismos cual Arca de Noé. Como ya nos lo advirtiera el compañero Barret, este resurgimiento del “movimiento” anarquista dista de ser homogéneo.
Y qué bueno. Sin duda lo ÚNICO válido del libro que nos recetara Leonardo Rodríguez, El Liberalismo de Avanzada (en aquella frustrada polémica cibernaútica), es la observación acertada de Solomonoff, cuando afirma que “el anarquismo carece del expositor y sistematizador cuya autoridad sea universalmente aceptada, comparable, en ese sentido, a Marx. De la misma manera, dentro del anarquismo no existe ni ha existido, por razones de elemental coherencia ideológica, una organización o cuerpo político que pudiera establecer eficientemente una ortodoxia” .
Anteriormente comentábamos sobre las “desviaciones” del proyecto anárquico y su opción, siempre tentadora, por la doctrina del “mal menor” a lo largo de la historia del “movimiento” anarquista y, en este resurgimiento que se “oficializa” con el espontáneo y sorpresivo auge de finales de los noventa (que alcanza el clímax en “la movilización de movilizaciones” de Seattle), también harán acto de presencia, en los términos de opciones distintas, estas “desviaciones”: la humanista-antitotalitaria y, la izquierdista-antiimperialista, en su incansable búsqueda de “atajos” que conduzcan a “soluciones” político-prácticas −aunque sea por caminos aparentemente distintos y optando por alternativas opuestas- como habíamos señalado.
Así, constataremos durante la “Batalla de Seattle”, un clarísimo choque entre los posicionamientos teórico-ideológicos y las prácticas correspondientes, pero ( y he aquí la gran particularidad de este resurgimiento del “movimiento” anarquista), el mismo, no se pondrá de manifiesto entre las “desviaciones” presuntamente antagónicas y que, históricamente ( sobre todo, a partir de la derrota del anarcosindicalismo español y, con mucho mayor énfasis, durante la Segunda Guerra Mundial y los años de postguerra, con un elevadísimo nivel de confrontación en el desarrollo de la Guerra Fría) se disputaban la propiedad de la “verdad” o, dicho en otras palabras, la posesión de las “soluciones” político-prácticas acorde a los tiempos mediante execrables piruetas de ajuste a la “realidad” ¡No! La dicotomía presente en este resurgimiento del “movimiento” anarquista se revelará entre las “desviaciones” (todas agrupadas en un mismo paquete, sean izquierdistas o humanistas-“liberales”) y los nuevos protagonistas del proyecto anárquico. Mismos que pueden identificarse por su intransigente ejercicio de reafirmación anárquica, una reafirmación que, como nos recalca el compañero Barret “sigue fundándose no menos sino más que nunca en una crítica radical del poder y en una inconmovible ética de la libertad ”; por su pujante recreación de un paradigma revolucionario rejuvenecido, dispuesto a apropiarse totalmente de la historicidad de la que forma parte, un paradigma capaz de expresar las mil y una formas de enfrentarse a todos los poderes establecidos y por establecer (TODOS), las mil y una maneras de concretar el ataque sin tregua y a todos los niveles, contra toda Autoridad, contra todo Orden, contra todo intento de continuismo del proyecto civilizador. Un paradigma que, citando una vez más a Barret, “sea capaz de integrar y expresar los cambios sustanciados en aquellos factores que otrora funcionaron como detonantes en la emergencia histórica del movimiento anarquista y también en sus mutaciones posteriores (…) y ese paradigma de que hablamos debe atender al menos las que serían sus dos vertientes fundamentales: la renovación teórico-ideológica y la formación de un nuevo modelo de organización y acción. ”

10)- Solomonoff, Op. Cit. p.10.
11) - Barret, Daniel. Op.Cit.
12) - Id.

El choque entre los posicionamientos teórico-ideológicos y las prácticas correspondientes, durante las movilizaciones de Seattle, acarrarían un incremento en los ataques, pasando de las acusaciones a las agresiones, inculpándose mutuamente, o sea, ambas “desviaciones” (ahora acomodadas en un sólo paquete) y los nuevos protagonistas del proyecto anárquico, con los epítetos acostumbrados para descalificar a cada una de las “partes” (“provocadores”, “reformistas”, “vándalos”, “paraestatales”, “agentes encubiertos de la policía”, “pacifistas”, “incendiarios”, “leninistas”, “radicales”, etc.)
Ya habíamos comentado con anterioridad que, tanto individuos como organizaciones instaladas en ambas “desviaciones” del proyecto anárquico, tienden a “brincar” de una a otra, obedeciendo la lógica del péndulo y, en Seattle, este “reacomodo” se hizo patente a la hora de “cerrar filas” para enfrentar a los “nuevos” protagonistas del proyecto anárquico. Tanto, “humanistas-antitotalitarias“, como “izquierdistas-antiimperialistas”, se posesionaban contra los secuaces de la renovación teórico-ideológica y la formación de un nuevo modelo de organización y acción.
A riesgo de ser reiterativo, considero que si no señalo las aclaraciones convenientes para dejar en claro estos planteamientos, podría facturarnos una interpretación simplista del fenómeno y, ello acarrearía alinearnos con la imagen errónea que, hasta el momento, algunos sectores de nuestro vecindario han venido presentando como la nueva “dicotomía”, según la cual, se identifican los “bandos” a partir de las prácticas manifiestas durante las movilizaciones de Seattle.
Con tal interpretación, situaríamos, equívocamente, a los nuevos protagonistas del proyecto anárquico bajo los límites del Black Block y, a ambas “desviaciones” (“humanista-antitotalitaria“e “izquierdista-antiimperialista”) centradas en el pacífico propósito de ensamblar (de manera paralela a cuanta, cumbre, foro o convención se realice) un gigantesco Woodstock maquillado con ciertos matices antagonistas propios del “movimientismo” social. Cuando en realidad, la nueva bifurcación no se ubica de manera tan sencilla como aparenta, ya que si bien es cierto que encontraremos imbuidas a ambas “desviaciones” en el diletantismo de los movimientos sociales, mientras que los nuevos protagonistas del proyecto anárquico (después de largos análisis y profundas reflexiones) se abstienen de participar en estos dóciles rebaños a la espera de nuevos pastores y de las mordidas disciplinarias de los perros ovejeros; también es innegable que durante los efímeros Black Blocks, comparten “techo” al interior de la inmensa carpa negra, los nuevos protagonistas del proyecto anárquico y los “desviacionistas”, particularmente, los izquierdistas-antiimperialistas. Esto, lógicamente, ha derivado en una profunda crítica hacia estos instantes de catarsis antagonista colectiva practicados (como hobby) un par de veces al año y, que, tristemente, se limitan a hacerle el trabajo sucio a los movimientos sociales que, aunque aparentan espontaneidad y horizontalidad, la mayoría de las veces responden a agendas políticas muy bien estructuradas, enfocadas, de antemano, hacia objetivos políticos clarísimos en función de intereses particulares de la izquierda del Capital, sean estos en beneficio de grupos políticos, capitales nacionales y/o Estados.
Esta nueva dicotomía al interior del “movimiento” anarquista estará presente desde Seattle (1999) a la fecha e irá acentuando distancias y diferencias entre los nuevos protagonistas del proyecto anárquico y los “desviacionistas” a lo largo de la denominada “explosión de los movimientos sociales globales”; diferencias que se manifestarán en Davos (febrero, 2000); Washington (abril, 2000); Filadelfia (julio, 2000); Los Ángeles (agosto, 2000); Melbourne (septiembre, 2000); Praga (septiembre, 2000); Niza (diciembre, 2000); Davos (enero, 2001);Porto Alegre (enero, 2001); Cancún (febrero, 2001); Québec (abril, 2001); Barcelona (junio, 2001); Gotemburgo (junio, 2001), Génova (julio, 2001);Barcelona (marzo, 2003); Sevilla (Julio, 2002); Johannesburgo (agosto, 2002) y; en Guadalajara, Jalisco (mayo, 2004). De esta última movilización (contra la III Cumbre Europa, América Latina y el Caribe –ALCUE– en Guadalajara, Jalisco, México) vale recordar que aún quedan compañeros anarquistas presos víctimas de la represión policíaca durante las protestas.
Idéntica situación se presentó en los denominados Foros Sociales Mundiales, que en sus primeras tres celebraciones tuvieron lugar en Porto Alegre, Brasil, y fueron calificados en su momento como “las más destacadas manifestaciones de la dimensión global de los nuevos movimientos sociales”. Durante los mismos, se evidenciarían de manera significativa las divergencias teórico-ideológicas (y, en sus prácticas correspondientes) entre los nuevos protagonistas del proyecto anárquico y los “desviacionistas”; éstos últimos cada vez más comprometidos con proyectos ajenos, diametralmente opuestos a la ética de la Libertad y a la crítica radical del poder. En su lugar, reivindican los derechos democrático-burgueses de la Declaración Universal y exigen que se legislen nuevos tratados y acuerdos internacionales que garanticen el trabajo, con sus concebidas mejorías en la explotación; el cuidado del medio ambiente, la “autodeterminación” de los capitalistas y gobernantes criollos para explotar y oprimir sin las acostumbradas amenazas del gran Capital y, un larguísimo pliego petitorio exigiendo un capitalismo más humano, bajo el bochornoso slogan de “Otro Estado-capital es posible ¡Cambiemos entonces de amos! Así, un amplio sector de los “desviacionistas”, tanto izquierdistas-antiimperialistas (a punto de convertirse en bloque hegemónico mediante una Plataforma intergaláctica), como los humanistas-antiautoritarios (aún divididos en mil ciento una tribus pero con una tendencia mayoritaria de pendejos útiles dispuestos a solidarizarse con los marcianos excluidos por no bailar el cha-cha-cha) han venido forjado alianzas y coaliciones exitosas, con cuanto partido u organización izquierdista les guiñe el ojo, dejando atrás muchas de las antiguas siglas para renovarse en otras y continuar engrosando el movimiento ficticio y retrasando la demolición definitiva del Estado-capital.
Esencialmente, este clima de discordancia, desde las primeras realizaciones del FSM en Porto Alegre, dio lugar a la construcción del Foro Social Alternativo (FSA), desarrollándose de forma paralela pero con marcadas diferencias de fondo, que dejaban ver, a todas luces, el claro rompimiento con las posiciones paraestatales del movimiento social directamente controlado y financiado por partidos, organizaciones izquierdistas y Estados, especialmente intensados en crear opinión pública favorable a sus regímenes y estimular la adhesión incondicional a los mismos. Definitivamente, donde más pudo corroborarse en los hechos estas prácticas, fue durante la celebración en Caracas, Venezuela, de ambos eventos, el Foro Social Mundial, de naturaleza oficialista y financiado directamente por el Estado venezolano hasta el más mínimo e insignificante suceso y, el Foro Social Alternativo, realizado de forma totalmente autónoma y bajo premisas indiscutiblemente antagonistas, tomando distancia del Estado-capital y contando con la participación mayoritaria de compañer@s anarquistas o afines.
Vale la pena destacar que el nuevo bloque hegemónico engendrado en las filas de la “desviación” izquierdista-antiimperialista, durante los eventos de Caracas, participó, casi de manera unánime (lógicamente) en el Foro oficialista (FSM); aunque también pudo constatarse la doble asistencia de muchas de estas organizaciones y “personalidades” intelectuales , mostrando, sin menor reparo, su doble moral y, las intenciones de “convencimiento” implícitas en sus obsesiones cuantitativas y en su perseverante búsqueda de “atajos” y “veredas cortas” que conduzcan a “soluciones” político-prácticas.
Y, a propósito del nuevo bloque hegemónico que ha venido tirando línea y dictando el programa al interior de la “desviación” izquierdista-antiimperialista, no puedo pasar por alto, otra importante particularidad de este resurgimiento del “movimiento” anarquista: la aparición en escena del neo-plataformismo. Pero, considero que ese tema, como me había comprometido desde un principio, se debe desarrollar como “punto” aparte (Eje 2).
Tampoco quiero pasar por alto las afirmaciones de muchos compañeros que certifican el resurgimiento del anarquismo como propuesta revolucionaria radical aquel “cálido” diciembre de 1999, donde el fuego emancipador derritió la nieve acumulada en las conciencias y, quiero dar fe, a viva voz, de su lugar de nacimiento porque, efectivamente, la cuna simbólica de uno de los movimientos antagonistas más característicos del momento histórico que nos ha tocado vivir fue Seattle, la “Ciudad Esmeralda”, hogar de Microsoft, Nordstrom y Starbucks. Aunque, algunos popes de la “desviación” izquierdista-antiimperialista opinen diferente, como es el caso del nuevo gurú del neo-plataformismo, Ignacio Ramonet , quien insiste en certificar la fecha de nacimiento de los nuevos movimientos antagonistas el 1ª de enero de 1994 y, le atribuye la paternidad al neo-zapatismo: “Simbólicamente, podemos decir que empieza el día uno de enero de 1994, cuando irrumpen en la escena internacional el subcomandante Marcos y su movimiento zapatista. Marcos teoriza la articulación entre globalización planetaria y marginalización de los pobres del Sur. Se produce después una ola de protestas de gran envergadura que alcanza a los países desarrollados [...] batallas insólitas, ampliamente mediatizadas: Seattle, Washington, Praga, Okinawa, Niza...” (El País, febrero de 2001)
Desde luego que es con toda premeditación y alevosía que después de citar a Ignacio Ramonet, interrumpo este prolongadísimo desarrollo sobre el carácter del “movimiento” anarquista en las actuales circunstancias; ya que me parece un verdadero desperdicio, dejar pasar, sin el análisis pertinente, las reflexiones intituladas Cuando la incongruencia se disfraza de "Solidaridad Libertaria" del Colectivo Editor de El Libertario (www.nodo50.org/ellibertario), haciendo público su “desagrado y protesta ante lo que ya no puede


13) - Como el economista marxista neo-zapatista de origen escocés radicado en México, John Holloway.
14) - Ignacio Ramonet es director de Le Monde Diplomatique, fundador de ATTAC y uno de los promotores del Foro Social Mundial de Porto Alegre por invitación de Tarso Genro, gobernador de dicha ciudad brasilera por el Partido de los Trabajadores (PT).
15) - Cuando la incongruencia se disfraza de “Solidaridad Libertaria”. Colectivo Editor de El Libertario. Venezuela, septiembre 2007. En:
http://www.nodo50.org/ellibertario/descargas/Cuando%20la%20incongruencia%20se%20disfraza%20de.doc


considerarse sino, como una orientación política precisa por parte del vocero Solidaridad Libertaria, publicado por el Grupo de Acción Social de la Confederación General del Trabajo –CGT- de Burgos”; donde reproducen otro texto del mentado Ramonet, pero ahora, monsieur Ramonet no hace la apología al subcomediante Marcos sino, al actual gobernante venezolano y su régimen “revolucionario”.
El “desagrado y protesta” de l@s compañer@s de El Libertario, ante el artículo de Ignacio Ramonet y, el papel protagónico que juega el Grupo de Acción Social de la Confederación General del Trabajo –CGT- de Burgos, a favor de la hegemonía “anarco”-bolchevique, especialmente, en América Latina, engarza a la perfección con lo que iremos desarrollando en el siguiente eje de reflexión.
Consciente estoy que, hasta aquí, sólo he podido redibujar, desde mi subjetividad y de la mano de algunas de las reflexiones afines que se han elaborado al respecto, esa cartografía efímera de la que hablábamos al comienzo, sobre el carácter del “movimiento” anarquista en las actuales circunstancias y, nos queda en el tintero (o en el disco duro) el desarrollo de la proyección del “movimiento” anarquista.
Sin embargo, considero imprudente abandonar este eje de reflexión, sin dejar bien subrayado, nuevamente, que otro de los signos que define el carácter del “movimiento” en nuestros días es la ausencia de un modelo de acción y organización acorde con los tiempos y, en ese nudo de tentativas y experimentos, aparecen planteamientos totalmente carentes de brújula y, otros que todavía no se sabe bien qué consecuencias habrán de producir. Claro está, que no existen fórmulas de ningún tipo para resolver este problema sino infinidad de dudas ante los nuevos (y no tan nuevos) planteamientos que van tomando cuerpo y consolidándose como “corrientes” internas o, en ciertos casos, alternas al proyecto anárquico rejuvenecido, como es el caso específico del denominado anarco-primitivismo o “primitivismo”. Planteamientos, éstos últimos, que poco o nada pueden aportar, si se reducen a la mirada nostálgica de un pasado idílico o, a la glorificación de las comunidades Indígenas o pueblos originarios; hoy, igualmente contaminados por el Poder, la civilización y la división del trabajo (con la rara excepción de algunos pueblos que aún conservan su estado original) y, sólo nos invitan a revivir el pasado en un “futuro primitivo”regresando a la organización comunal, exaltando las bondades de la comunidad primitiva o el Comunismo primitivo.
Aún así, tenemos que reconocer que la gran aportación de l@s anarcoprimitivistas, radica, en primer lugar, en la enorme distancia que toman con respecto a la izquierda; en segundo término, en la inminente ruptura con el postmodernismo, el estructuralismo y postestructuralismo; y, por último, la clara y definida postura anti progreso y civilización, en “una batalla por todo o nada” . Posición poco común, incluso entre las tendencias “anarco”-ecologistas, mutualistas, cooperativistas y municipalistas (seguidores de las hipótesis etapistas de Murray Bookchin), que le apuestan decididamente al desarrollo progresivo.

16) - Ramonet, Ignacio. Reflexiones sobre Hugo Chávez. En: Boletín Solidaridad Libertaria. No. 2. septiembre, 2007. Burgos, Estado español. p.9.
17) - Zerzan, John. El crepúsculo de las máquinas. Traducción para Arco iris /Noticias de Álvaro Leiva. En: http://www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=70


De todas maneras, vale señalar los “peligros” implícitos en los planteamientos anarcoprimitivistas de convertirse en un nuevo “ismo” si no supera su esencia nostálgica y profundiza su crítica en la práctica anti-civilización, contribuyendo de forma concreta en la destrucción del Estado-capital como expresión máxima de civilización.
También, debo de hacer hincapié que, en todo caso, lo que sí es definitivo es, que cualquiera que sea la forma que adopte el “movimiento”, sólo se suscribe dentro de los “márgenes” del proyecto anárquico, si se fundamenta en una crítica radical a cualquier modalidad de Poder (sin importar que sea "popular", compartido o de transición) y ahonda en el ámbito teórico-ideológico y práctico en la intervención insurreccional desde una intransigente ética de la Libertad.


2) La intervención neo-plataformista en este resurgir de las tensiones anarquistas y los verdaderos motivos que animan la resucitación de la tristemente célebre Plataforma Organizacional
Considero que lo primero que deberíamos hacer es ubicar el contexto en el que cobra significado este “eje de reflexión”. Y, ese contexto no es otro que la avanzada del "anarco"-bolchevismo y los intentos de concretar maniobras y cosechar sus frutos en el Encuentro Anarquista de la Ciudad de México (los días 6,7 y 8 de julio de 2007) y, la reunión internacional denominada Anarkogaláctica, realizada en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, del 15 al 18 de julio pasado.
Desde luego que es obligatorio hacer las distinciones pertinentes entre ambos eventos ya que, si bien, en el Encuentro Anarquista de la Ciudad de México, solamente se hizo presente el discurso neoplataformista a través de la ponencia de José Antonio Gutiérrez, a nombre del Workers Solidarity Movement de Irlanda y la Organización Comunista Libertaria de Chile, intentando impulsar la “Organización político revolucionaria de los libertarios, donde poder discutir una aproximación de conjunto a la problemática de la construcción de poder popular”. La reunión Anarkogaláctica de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, sí se sintoniza íntegramente con las actividades programáticas del circuito plataformista internacional a modo satelital en la órbita neo-zapatista, dentro de la lógica de las “alianzas tácticas” y enmarcada en la obsesión aritmética que les caracteriza.
También hay que señalar, ahondando en las diferencias entre estos encuentros, que aunque la línea que trató de imponer Pepe, en el evento de la Ciudad de México, subrayaba que la Organización político revolucionaria de los libertarios “necesita de premisas claras para llevar adelante su rol –unidad teórica, unidad táctica, disciplina, acción colectiva y democracia interna.” Y hacia hincapié en que “El anarquismo tiene un gran aporte que hacer, además, en términos de un programa revolucionario, de propuestas concretas sobre QUÉ es lo que queremos lograr y no solamente sobre el CÓMO queremos lograrlo. Este programa debe ser debatido, discutido e impulsado por todos los anarquistas organizados en sus distintos espacios de base. No basta con formar asambleas populares si estas carecen de un proyecto social más allá. Necesitamos ser más que táctica y convertirnos en estrategia. El anarquismo requiere de un programa, de un proyecto de sociedad, no solamente para el glorioso día de la revolución, sino que para el aquí y el ahora. Necesitamos desarrollar una alternativa que se transforme en un polo de atracción para quienes quieran ver un cambio en su vida, no para un siglo más, sino que ahora. Debemos entender el cambio que podemos realizar a corto, mediano y largo plazo como una unidad programática. Huelga decir que este proceso de discusión y elaboración requiere, necesariamente, de una organización sólida, permanente en el tiempo y activa en la lucha.” Sus palabras hicieron eco en el vacío, siendo recogidas sus preocupaciones sobre “la urgencia” por concretar la “Organización político revolucionaria” en tierras aztecas, por un minúsculo grupo que recalcó “la necesidad de darle continuidad a las propuestas organizacionales en el próximo encuentro de la ciudad de Guadalajara” Mientras, el resto de l@s participantes y observadores, externaron sus “inquietudes” frente al discurso unitario y frentista, sobre todo, después de que este hijo de… Lucho Gatita, reafirmara que “Es necesario, conocer las profundas dificultades que enfrentará un proceso revolucionario de cualquier signo en América Latina. Muchas veces, las dificultades más grandes de la revolución se dan cuando la burguesía ha sido derrotada. El anarquismo entonces, debe asumir todas las complejidades de una alternativa constructiva. Hay que estudiar las dificultades enfrentadas por otros procesos revolucionarios en el pasado, sea Nicaragua, sea Bolivia, sean los movimientos revolucionarios desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego. No bastan las tesis de Kropotkin de recoger del montón: ¿cómo vamos a enfrentar el aislamiento inicial? ¿El embargo? ¿Cómo vamos a reconstruir una economía en ruinas? Suponiendo que no heredamos un país en ruinas ¿cómo hacemos funcionar la sociedad de una manera colectiva? ¿Cómo nos relacionamos con el mundo exterior? Nada de esto puede ser dejado a la improvisación, pues cuando improvisamos, es cuando el peso de la costumbre se hace sentir. Sin un programa constructivo alternativo, la gente tenderá a recurrir, a la larga, muchas veces a la única manera (capitalista) que conoce de hacer las cosas.” Evidenciando lo que el compañero Patrick Rossineri, denomina, acertadamente, “la falacia del partido bakunista” y, las verdaderas intenciones de los “anarco”-partidistas.
En la reunión Anarkogaláctica de San Cristóbal de las Casas, pese a ser un encuentro que daba continuación a eventos previos coordinados por la red anarcogaláctica de solidaridad con el neo-zapatismo, con participación mayoritaria de organizaciones plataformistas al ser constituida por iniciativa de del WSM; el chasco de los “anarco”-partidistas no fue menor, al no lograr la “unidad táctica” en torno al llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Claro está, la primera constatación que habría que hacer a la hora de abordar al neo-plataformismo en este resurgir de las tensiones anarquistas, es de carácter histórico. Sin prejuicio de que la Plataforma Organizacional que idearan en el exilio parisino, Makhno, Arshinov, Mett y compañía data de 1926, la extensión de su influencia es un fenómeno bastante reciente: no anterior a la


18) - Gutiérrez, José Antonio. América Latina: Problemas y Posibilidades para el Anarquismo. Ponencia leída en el Encuentro Anarquista de Ciudad de México, 7 de Julio del 2007. En: http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=6230
19)- Id.
20)- Rossineri, Patrick. Entre la Plataforma y el Partido: las tendencias autoritarias y el anarquismo. En: Revista ¡Libertad! Buenos Aires. Noviembre-Diciembre 2007. pp. 4- 5.


década de los setenta y comienzos de los ochenta en el viejo continente y, con menos de 10 años de antigüedad en América Latina; aunque quizá habría que considerar como antecedente lejano de su resurgimiento el Manifiesto Comunista Libertario de Georges Fontenis, redactado en el año 1953. Pero lo cierto es que su influencia en el área hispano-parlante es prácticamente nula hasta su aparición en nuestros días. La razón es bien sencilla: la única traducción al español de la Plataforma Organizacional fue publicada como libelo por Diego Abad de Santillán a finales de los años 20 y nadie parece haberle asignado mayor interés. No llegó a ser discutida por la Federación Anarquista Ibérica (FAI), por ejemplo, y por tanto tampoco influyó en las federaciones que luego se crearon a su imagen y semejanza. Incluso, habría que señalar que la evolución (o más bien involución) que tuvo la Federación Anarquista Uruguaya (FAU) en el período 1963-1975 es completamente endógena e íntegramente al margen de la Plataforma; la que ni siquiera era conocida ni mencionada en ninguno de los escritos de ese deplorable período. No cabe duda que la traducción de Santillán cayó en el olvido y se mantuvo en el basto basurero de la historia hasta que en pleno siglo XXI comenzara a circular “gracias” a una nueva traducción que echaron a andar los irlandeses del Workers Solidarity Movement (WSM). Sea como sea, la Plataforma Organizacional no jugó un papel notable como modelo de organización y acción prácticamente en ningún país y, si me viera obligado a dar una explicación rápida del porqué de su actual presencia y difusión, diría que la misma obedece a una crítica de las llamadas federaciones de síntesis y, en palabras del compañero Daniel Barret, a una revaloración concomitante del problema de la eficacia política y hasta partidaria.
En definitiva, ése es el trasfondo de aquellos rusos exilados en París que se dedicaron a redactar tan tristemente célebre documento, preguntándose acuciantemente por qué razón los anarquistas no pudieron ser tan “ejecutivos” y pragmáticos como los bolcheviques y por qué éstos -aun siendo minoritarios- les habían derrotado, encarcelándolos en masa y/o exterminado sumariamente.
Ahora bien, en el análisis actual del neo-plataformismo hay que distinguir circuitos bastante diferentes entre sí, por cuanto, más allá de la referencia histórica común que remite a la Plataforma Organizacional, los mismos responden a lógicas de actuación nada equiparables. De momento, podríamos hablar de tres circuitos que arbitraria y, sobre todo, malévolamente designaremos según su nivel de proximidad al leninismo como “no-leninistas”, “proto-leninistas” y “leninistas confesos y/o encubiertos”.
En el primer grupo -el más apartado del leninismo- están las organizaciones europeas como los italianos de la Federazione dei Comunisti Anarchici, los franceses de Alternative Libertaire, los casi desconocidos españoles de la Organización Anarco Comunista Andaluza, los estadounidenses y canadienses de la Norh Eastern Federation of Anarchist Communists (NEFAC), los ingleses de la Anarchist Communist Federation (ACF), los mexicanos del Grupo Socialista Libertario, GSL y, los mencionados irlandeses del Workers Solidarity Movement, WSM (a pesar de la presencia de José Antonio Gutiérrez−vinculado al tercer grupo− en esta organización). Aquí, es obligatorio aclarar que a ninguna de las agrupaciones que conforman este primer “circuito” las considero infiltradas ni de inspiración “diabólica” sino, simplemente, ingenuos en sus formulaciones y guiados por un afán aliancista que no tiene demasiadas bases de sustentación en un proyecto de futuro; aunque, también debo recalcar que esto no los exonera de la crítica. Su desacuerdo tácito con los postulados y principios del proyecto anárquico, igualmente los ubica en el terreno de las “desviaciones”.
El segundo grupo -el de los “proto-leninistas”- es el circuito latinoamericano que orbita alrededor de la Federación Anarquista Uruguaya, FAU (que recién ahora quedaría inscrita como “plataformista” por simple proximidad y ante la jugada aglutinadora del Grupo de Acción Social de la Confederación General del Trabajo –CGT- de Burgos): la Federación Anarquista Gaúcha, Luta Libertaria de San Pablo, AUCA de Argentina, Organización Socialista Libertaria (también de Argentina), etc. El último grupo -el de los leninistas confesos y/o encubiertos- es precisamente el de la Organización Revolucionaria Anarquista (ORA) de Argentina y, en su momento, el Congreso de Unificación Anarco Comunista de Chile (CUAC), ahora, Organización Comunista Libertaria. OCL, así como .la Alianza Comunista Libertaria (ACL) y, un par de nucleamientos “anarco”-zapatistas de difuso signo ideológico, también de México, como es el caso del Consejo Indígena Popular de Oaxaca-Ricardo Flores Magón, CIPO-RFM, que, en su práctica oportunista y, sobre todo, de cara a organizaciones e iniciativas internacionales neo-plataformistas (como el Grupo de Acción Social de la Confederación General del Trabajo –CGT- de Burgos) se ponen la camiseta de “anarco”-comunistas en busca de “lo que sea su voluntad”.
Tanto la Alianza de los Comunistas Libertarios, como CIPO-RFM, mantienen estrechos nexos con la fauna más ominosa del “anarco”-bolchevismo. Datos que se pueden corroborar perfectamente visitando sus respectivas páginas web de la ACL (http://www.comunismolibertario.cjb.net/) y la del CIPO_RFM (http://www.nodo50.org/cipo/home.htm )
Este último circuito, que es el que nos viene ocupando y preocupando, es sencillamente alucinante. El CUAC, según me comentan algunos compañeros, tenía unas costumbres demenciales como, por ejemplo, los rituales de iniciación por los que pasaban los nuevos militantes; verdaderamente dignos de los templarios o de alguna secta de alquimistas del medioevo. La ORA argentina, por su parte, parece fue constituida por el hijo o los hijos de dos notorios dirigentes trotskistas, lo cual hizo que se formara alrededor de ellos un férreo “cordón sanitario”. Más aún; en ocasión de un encuentro argentino de coordinación entre simpatizantes de las posiciones neoplataformistas ni siquiera fueron invitados, por lo cual se limitaron a hacer circular su rabia por todo el continente y sin más auditorio que la Alianza Comunista Libertaria (ACL) de México; quienes han venido calcando su proceder al pie de la letra, llegando a hacerse eco de sindicatos gansteriles de izquierda (Sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS) en su afán frente populista. Otra anécdota delirante y que invita a cagarse literalmente de risa es el día que la ORA (un nombre de presentación “nacional” que encubre su presencia sólo en un barrio de Buenos Aires) consiguió que un grupo de provincias (Acción Anarquista de Mendoza) se mostrara dispuesto a incorporarse a su emprendimiento, la impresión que causaron fue tan mala que ese grupo de compañeros volvió presuroso a su ciudad natal luego de haberse constituido como Sindicato de Oficios Varios afiliado a la FORA. Incluso, es muy probable que hayan desaparecido -su página no la actualizan desde marzo del 2005-; al igual que ocurriera con el CUAC. En cuanto a la ACL de México no creo que haya mucho que agregar, salvo quizá recordar que ese grupo ha estado bastante influido por el omnipresente agente chavista, Floreal Castilla.
Llegados a este punto creo que es importante hacer algo más compleja la explicación que delineé más arriba. Es decir, al referirnos al resurgir de las tensiones anárquicas, hay que agregarle, para ser más precisos, que estamos en presencia -en América Latina- de un “movimiento” anarquista básicamente juvenil que carece de un modelo de organización y acción y que está atravesado de arriba a abajo de una cierta confusión ideológica; o, mejor, con una elaboración ideológica considerablemente rezagada respecto a nuestras necesidades actuales.
Si abordamos el asunto desde ese punto de vista y lo reubicamos según nuestra “malévola” escala de distancias respecto al leninismo, podríamos decir que es posible otra escala superpuesta que va desde algunas “coincidencias” que pueda haber con el neo-plataformismo europeo y canadiense-estadounidense (los italianos de la FdCA y la NEFAC, por ejemplo, que han publicado en su página comunicados y artículos del Movimiento Libertario Cubano) o, los mexicanos del Grupo Socialista Libertario que han hecho públicas sus críticas a la jerarquía militar neo-zapatista, su programa y, su −otra− campaña política; hasta la imposibilidad de discutir prácticamente nada con el grupo de los leninistas confesos y/o encubiertos puesto que, en los hechos, estos últimos, viven en otra época y quizá en otra galaxia, comportándose, como si “su único vínculo con la realidad fuera con la biblioteca de una abadía cluniacense”, como bien señaló Daniel Barret, durante una presentación en la ciudad de México.
Pero donde es más rica la discusión es con el grupo de los proto-leninistas. En definitiva, no podemos olvidar que buena parte de su perfil obedece a la necesidad casi compulsiva que experimentan por celebrar algún tipo de alianzas con otras corrientes revolucionarias, transformándose así en interlocutores válidos de esos sectores. A partir de eso es que adoptan algunos tópicos apetecibles y hasta respetables para quienes no son anarquistas: por ejemplo, el “poder popular”, la relevancia desmesurada del anti-imperialismo, el culto a la “unidad”, la necesidad de una organización de “cuadros”, etc. Incluso, en ese orden de cosas, señalan con fuerza un tema al que yo soy especialmente sensible: el arraigo en las organizaciones populares de base.
En resumidas cuentas, me parece que en torno a estas cosas se sitúa una agenda de temas sobre los que es necesario reflexionar puesto que son problemas reales de la práctica anárquica en esta región del mundo. Con esto no estoy queriendo decir que debamos ponernos a trabajar colectivamente el asunto sino apenas intento señalar un programa de preocupaciones que vale la pena tener presente para confeccionar el plano que nos ayude a abandonar el extravío teórico ideológico que nos impide el desarrollo del proyecto anárquico.
Por último, quiero hacer constar, una vez más, que sólo con el ánimo de llenar algunas de las múltiples oquedades que constantemente se presentan en nuestra accidentada geografía (con diferentes niveles de profundidad) es que he elaborado estas modestas reflexiones, a manera de colaboración al ineludible debate, que aporte los insumos específicos para abandonar el extravío teórico ideológico en el pensamiento ácrata contemporáneo.

21) - El movimiento anarquista en América Latina. Conferencia impartida por Daniel Barret en la Universidad Pedagógica Nacional, Ciudad de México, febrero, 2006


Como nos recuerda el compañero Daniel Barret, “El pensamiento y la acción anarquistas (…), trabajan con materiales específicos y distintivos; y no para realizar más rápido o con más energía las empresas de los demás sino para fecundar los sueños propios” . Una ardua tarea que a menudo, compañer@s y, por lo general, no tan compañer@s, consideran “un sádico deporte divisionista”, en vez de entender fácilmente que lo único que se intenta es concretar, aquí y ahora, la destrucción definitiva del Estado-capital, dando rienda suelta a la Anarquía, no como modelo filosófico sino como necesidad objetiva.
Convencidos estamos que en esa lucha cotidiana contra el poder estaremos, codo a codo, con quienes no son ni serán anarquistas y tendremos la congruencia necesaria con nuestros principios para nutrir en la práctica la solidaridad. Y allí, espero que nos encontremos todos, preñando nuestros sueños de expropiación, insurrección y destrucción, hasta no dejar un sólo vestigio del pasado, alimentando con hechos ese espíritu liberador que sólo destroza y sólo aniquila porque él es el origen de la eterna creación y nos impulsa, construyendo −en palabras de Amanecer Fiorito− “el único anarquismo posible, negador de las instituciones autoritarias, desprovisto de influencias liberales, socialdemócratas, o “dictatoriales” (estatistas) y dotado de sentido revolucionario ”.

Gustavo Rodríguez.
Sierra Norte de Puebla, México. Diciembre de 2007.




22) - Barret, Daniel. Anarquismo, Anti-Imperialismo, Cuba y Venezuela: Un diálogo fraternal (pero sin concesiones) con Pablo Moras .En: http://www.lahaine.org/index.php?blog=3&p=11497&more=1&c=1
23) Fiorito, Amanecer. Severino di Giovanni y Paulino Scarfó “LA PELÍCULA” La Protesta Nº 8214, septiembre-octubre 2000. Buenos Aires, Argentina. En: Fiorito, Amanecer. El Negro Selección de artículos de La Protesta. Ediciones Libertad. 2007.Buenos Aires. Argentina. pp. 15 -22

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