lunedì 2 gennaio 2012

CONTRA TODOS LOS VALORES


Resulta útil citar a Heidegger cuando dice: “Si Dios ha abandonado su lugar en el mundo suprasensible, este lugar, aunque vacío continúa estando..El lugar vacío pide incluso ser ocupado de nuevo, y sustituir el Dios desaparecido por otra cosa..”
Es así, que constituye un lugar común en la cotidianeidad del espectáculo del orden social vigente, escuchar hablar de la necesidad que florezca nuevamente los valores morales, éticos, religiosos etc., o que los problemas que afrontan una nación se deban a la ausencia de aquellos valores, por lo tanto, ante dicha falta, una maldición divina azota a las modernas Sodomas y Gomorras.
Es normal, asimismo, que las diversas ONG, confesiones religiosas, capital y Estado premien a individuos, por su sumisión a los valores socialmente aceptados por el orden social capitalista, es decir, se premia al esclavo feliz, el que se somete sin discusión alguna a las pautas de conductas que su amo le ha impuesto, a aquel que jamás se rebelará, y que agradece a su patronos por dejarlo vivir y morir, eso sí pidiéndole su autorización y la correspondiente bendición.
Sin embargo, cabe interrogarse que son los valores, y el por qué se rechaza el mismo. Menuda tarea es analizar la esencia misma de los valores, pero sí se puede aunque mal no sea en forma provisoria dar algunos elementos que por lo menos aproxime al concepto del valor, y al consiguiente rechazo de los mismos.
A lo largo de la historia de todas las civilizaciones, las diversas sociedades y sus castas dominantes, tenían por finalidad exclusiva, no sólo enriquecerse, sino también pervivir en el tiempo, y para ello, imponían por intermedio de normas, códigos, leyes, tabúes, etc., pautas de conductas, valores morales, mandamientos divinos, etc., que eran un imperativo de lo que se debía hacer, y cuales eran las conductas vedadas para las individualidades.
Si bien, las escalas de valores que se le imponen desde el exterior a los individuos/as no son iguales a lo largo de la historia, es dable afirmar que todas ellas tienen un común denominador de inhibir la autonomía, el poder y la libertad. Los valores constituyen un concepto imperativo, que impone y, que obliga, sea por las costumbres, sea por la coacción física o moral de ser excluido de la sociedad.
Los valores, han tenido un gran dinamismo, en correlación con el desarrollo del espectáculo del estado y el capital, pero en todos ellos, se entronizan como el ejemplo la “perfección” de los valores humanos, el auto-sacrificio, sea por la patria o la religión, el martirio, el dolor, que es la visión de la virtud humana, pero jamás el placer, el deseo individual.
Es decir, que la escala de valores que nos es impuesta exógenamente a los individuos / as, es un orden metafísico que olvida a la individualidad, transformándonos en “entes”, el cual deja de ser sujetos únicos a fin de transformarnos en un objeto masificado sin autonomía y libertad.
Ruptura y destrucción, son las dos principales acciones de los individuos/as contra los imperativos. Sin embargo, es cierto que no es sencillo los proceso de ruptura y destrucción contra todo aquello que ha pervivido producto de la superstición, de las costumbres por miles de años. Es verdad, no es una tarea sencilla, pero dicha tarea hay que puntualizarlo, no es colectiva, no es la resultante de la decisión de algún guía iluminado, sino todo lo contrario, dicho proceso, es exclusivamente individual, ya que debe fundamentalmente basarse en la praxis individual, y empíricamente rebelarse contra todo aquellos imperativos que nos aplasta.
Como Anárquico, no se puede más que estar en contra de todo aquello que es coadyuvante de nuestra esclavitud, que implica abandono de la autonomía, del poder y de la libertad absoluta. Si bien, muchos podrán de manera abstracta mostrar su conformidad con lo dicho, la situación no es tan sencilla.
Resulta patético ver, como ciertos elementos que se califican a sí mismos libres de toda imposición e imperativo religioso, frente a los valores se postran piadosamente frente a los mismos, e intentan excusarse expresando la necesidad de crear una nueva estructura de valores aplicable a la sociedad futura. Mentiras, no hace falta ello, es necesario la destrucción de todo aquello que nos ata al actual orden social.
Es indispensable romper con todo los valores de esclavo, que es la negatoria de la vida, del placer y de la propia libertad de los individuos / as como seres con poder y libertad absoluta.
Bien y mal. Crimen y Castigo. Justos y pecadores, no son solamente palabras lanzadas al vacio son imperativos que el orden social nos ha impuesto, y que dicha imposición se ha hecho carne en nuestra individualidad.
Por ende, no solamente resulta necesario desembarazarnos de las pautas o valores impuestos jerárquicamente por algún guía, Estado, religión, etc., sino que además es vital la práctica de ruptura con dichas las estructuras de valores, praxis, se reitera, que deberá ser individual, ya que resulta imposible una ruptura colectiva, ya que la masificación es antagónica con la individualidad, y su autonomía, y ello significaría que rupturas y destrucciones por sujetos colectivos implique la reapropiación de la misma dinámica y la adopción de nuevos imperativos, productos del nuevo espectáculo social que se esta representando.
Se debe demoler, no sólo las estructuras tangibles del poder estatal y del capital, sino también todas aquellas que son intangibles, pero no por ello menos importante en el ejercicio del dominio y coerción social por parte del poder.
El rechazo a todo las escalas de valores- léase moral, ética, patriotismo, clasismo, etc.- significa desembarazarse de todas las lacras sociales. Por ello, que la ruptura individual y la consiguiente destrucción de los valores deben darse a través de una crítica radical, producto de la práctica individual, ya que sólo así, podrá ser el inicio de un verdadero insurreccionar que conlleve a la ruptura y a la destrucción de todos aquellos imperativos que nos es impuesto desde el exterior.
NIHIL


http://nihil-zaratustra.blogspot.com/2006/08/contra-todos-los-valores.html

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