martedì 10 gennaio 2012

Bookmark and Share Elogio de la lucha, elogio de la pereza



“La vida pasa”, canción compuesta por Raoul Vaneigem antes de formar parte de la Internacional Situacionista:

--VIDEO
http://www.youtube.com/watch?v=sGVy08T_pOM&feature=player_embedded

--DOWNLOAD
http://www.comunizacion.org/La%20vida%20pasa.avi


Fragmentos del “Elogio de la pereza refinada”, publicado por Vaneigem en 1996:
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“En una sociedad, ay, en la que sin descanso se nos arranca de nosotros mismos, ¿cómo llegar hasta uno mismo sin tropiezos? ¿Cómo instalarse sin esfuerzo en ese estado de gracia en el que no reina sino la indolencia del deseo? ¿No funciona todo para turbar, gracias a las buenos motivos del deber y de la culpabilidad, el recreo sereno de estar en paz en compañía de uno mismo?
Uno no rompe sin dificultad con un ritmo que te propulsa de la fábrica a la oficina, de la oficina a la Bolsa y de la conferencia-almuerzo al almuerzo-conferencia. El tiempo, repentinamente vaciado de su contabilidad dineraria, se vuelve tiempo muerto; apenas existe. Es preciso haber perdido, más que el sentido de la moral, el sentido de la rentabilidad para pretender penetrar en él e instalarse allí sin vergüenza.
Hay que rendirse a la evidencia: en un mundo en el que nada se obtiene sin el trabajo de la fuerza y de la astucia, la pereza es una debilidad, una estupidez, una falta, un error de cálculo. No se accede a ella más que cambiando de universo; es decir, de existencia. Son cosas que pasan.
Seguramente hay malicia en hacer lo menos posible para el patrón, en parar de trabajar desde el momento en que vuelve la espalda, en sabotear las cadencias y las máquinas, en practicar el arte de la ausencia justificada. La pereza, en este caso, salvaguarda la salud y presta a la subversión un carácter agradablemente roborativo. Rompe el tedio de la servidumbre, quiebra la palabra de mando, recupera la calderilla de ese tiempo que os arrebata ocho horas de vida y que ningún salario os permitirá recuperar. Dobla, con un ensañamiento salvaje, los minutos robados a la máquina de fichar, cuyo recuento de la jornada aumenta el beneficio del patrón.
El privilegio de los proletarios al emanciparse tanto del trabajo que los convierte en asalariados como de aquellos que extraen de él la plusvalía consistía precisamente en acceder al goce de ellos mismos y del mundo. El goce y su consciencia, agudizada al perfeccionarlo, poseen suficientemente la ciencia de liberarse de aquello que los entorpece o los corrompe. ¡Preguntádselo a los que aprenden a amarse!
Qué mejor ocasión que las huelgas para suspender ese tiempo en el que todo el mundo corre para no atraparse jamás, se desloma por ser lo que le repugna y por no ser lo que habría deseado, y cuenta con la jubilación, la enfermedad y la muerte para poner fin a su fatiga.
Al contrario que el místico, exiliado de sus sentidos mediante el desprecio de sí mismo, el ocioso restituye la materialidad de la vida –la única que hay- al universo del que procede: el aire, el fuego, la tierra, el mineral, el vegetal, el animal y el ser humano, que de todos ellos ha heredado su especificidad creativa.
La pereza es goce de uno mismo o no es nada. No esperéis que os sea concedida por vuestros amos o vuestros dioses. A ella se llega por una natural inclinación a buscar el placer y evitar su contrario. Una simpleza que la edad adulta se empeña en complicar.
La inteligencia de uno mismo que la pereza exige no es otra cosa que la inteligencia de los deseos de la que el microcosmos corporal necesita para liberarse del trabajo que le pone trabas desde hace siglos.
Los placeres, en lo que tienen de auténticos, no son ni el fruto de un capricho del azar o de los dioses, ni la recompensa de un trabajo del que no serían más que la respiración jadeante. Se dan tal como los cogemos. La alegría de la que nos llenan es la alegría con la que los abordamos.
Cuando la pereza no alimente más que el deseo de satisfacerse, entraremos en una civilización en la que el hombre ya no sea el producto de un trabajo que produce lo inhumano.”

Descargar texto completo del “Elogio de la pereza refinada” (Pdf)
http://www.comunizacion.org/Elogio%20de%20la%20pereza%20refinada%20-%20Raoul%20Vaneigem.pdf

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